Día del Libro 2016: lecturas recomendadas

Hace un año escribí en el blog una entrada dedicada a mis 10 libros imprescindibles de economía, sociedad y gestión, escogidos tanto por motivos sentimentales como intelectuales. Los lectores recordarán mis criterios personales de selección:

  • Haberme enseñado algo completamente nuevo, animándome a pensar más allá de mis limitaciones, a curiosear y a profundizar en sus materias.
  • Ser intelectualmente honestos y rigurosos.
  • Estar bien desarrollados y escritos.  

Siguiendo en esa misma línea, y aprovechando que estamos de nuevo celebrando del Día del Libro, hoy quiero compartir con ustedes las obras de no ficción que durante este último año me han obligado a pensar, dudar y profundizar, contribuyendo a reducir algo mi amplia ignorancia en tantas áreas del conocimiento. Hay títulos de lectura difícil y hasta incómoda, pero no por ello dejan de ser recomendables.

Comprobarán que mis lecturas recientes son en inglés. Resulta lógico, porque vivo en los Estados Unidos y es aquí donde los he descubierto. También verán que incluyo sus enlaces de Amazon. No lo hago por motivos publicitarios: gracias a mi veterano Kindle, viajo ligero por el mundo con decenas de libros. Cuando uno de ellos me cautiva, interesa o conmueve especialmente, lo compro en papel. También compro en papel todos los volúmenes de economía y gestión, porque me encanta tenerlos a mano y llenarlos de anotaciones y post-it. Dejo a su elección la búsqueda de sus traducciones al español en la librería física o digital que más les apetezca. 

  • Empiezo con un libro polémico por su contenido pero muy esclarecedor: "The Welfare Trait: How State Benefits Affect Personality", de Adam Perkins.  Pocos debates actuales generan tanto ruido, pasión y encono como los relacionados con el estado de bienestar, especialmente cuando tratan el tema de la personalidad de sus beneficiaros, tachados tanto de inconscientes, vagos o acomodaticios, como de víctimas inocentes del feroz capitalismo. Los estudios de Perkins llegan a una conclusión turbadora:  la sobredimensión del estado de bienestar aumenta el número de individuos en riesgo de desarrollar perfiles de personalidad pasivos, menos propensos a integrarse a la vida laboral. Recomiendo analizar las evidencias y razonamientos del libro con la mente abierta y sin prejuicios o apriorismos, lo que dado el tema resulta harto difícil. El libro me parece muy útil a la hora de evaluar con otra mirada determinados incentivos de las políticas públicas. 
  • Ha sido una sorpresa muy agradable y entretenida leer "The Devil's Financial Dictionary", de Jason Zweig, autor de "The Intelligent Investor" y  de la conocida columna financiera del mismo título en The Wall Street Journal. El libro, directo, ácido y de punzante ironía, hace un delicioso recorrido por todos los despropósitos públicos y privados habidos en el mundo financiero durante estas últimas décadas. Se disfruta.
  • Hace unos meses descubrí por casualidad esta joya titulada "Wanderlust: A History of Walking", de Rebecca Solnit, convirtiéndose en uno de mis libros de cabecera predilectos. Como escribió Isaac Rosa en su reseña del libro, "andar puede ser un gesto revolucionario".  La autora nos sumerge en un fantástico recorrido histórico  sobre grandes caminantes y el papel del paseo en el desarrollo de creatividad y otras muchas potencialidades humanas. Cabe recordar en este punto a Tolkien cuando escribía aquello de "no todos los que vagan están perdidos". Imprescindible. 
  • Para cualquier analista de la actualidad económica, política y social, leer "The Seven Sins of Memory: How the Mind Forgets and Remembers", de Daniel L. Schacter, supone un valioso complemento, al explicar de manera cristalina, con multitud de ejemplos y referencias, los mecanismos internos, trampas y capacidades de nuestra memoria. El libro nos ayuda a entender mejor la construcción de nuestra propia realidad, basada muy a menudo en recuerdos, experiencias y percepciones incompletas y fragmentarias.   
  • A muchos lectores no les voy a descubrir este clásico de Karl Popper que es "The Open Society and its Enemies". Escrito en 1945, el libro no ha perdido ni un ápice de actualidad en su defensa de la democracia abierta y su brillante denuncia de los  sistemas políticos basados en la ingeniería social. Leído con la perspectiva de un lector del siglo XXI, resulta profético en su predicción del colapso del comunismo y un valioso aviso a navegantes ante las derivas populistas actuales.
  • Un libro que se lee de un tirón es  "Lords of Finance: The Bankers Who Broke the World", de Liaquat Ahamed, ganador del Pulitzer de 2010 por este trabajo. Nos cuenta la turbulenta historia económica de  los primeros cuarenta años del siglo veinte a través de cuatro personajes clave: los responsables de los bancos centrales de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania. Una buena obra divulgativa, bien escrita y de máxima actualidad. porque ya saben:  aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo.
  • Me gustó también esta rareza por su originalidad y planteamiento provocativo, que reta en todo momento las creencias establecidas del lector. Se trata de "The Social History of the Machine Gun", de John Ellis, un apasionante ensayo sobre el impacto que el arma ametralladora ha tenido no sólo en el desarrollo del armamento posterior, sino en la forma de hacer la guerra y la sociedad. Todo está interconectado, y este libro nos lo evidencia de manera brillante.

Finamente contarles que llevo años sumido en muy difícil reto de leer y alcanzar a comprender este monumental mamotreto que es "The Road to Reality: A Complete Guide to the Laws of the Universe" de Roger Penrose. Un libro que cojo, absorbo, dejo y retomo a oleadas, ante la exigencia permanente de actualización que su lectura lleva aparejada. No creo que no consiga, pero estoy convencido de que nunca dejaré de intentarlo. Creo que es una buena manera de afrontar algunas lecturas complejas, así como la vida. 

Que disfruten de su Día del Libro. Y recuerden:

Criticar con sensatez y respeto es posible (II)

He decidio anticipar unos días la continuación a mis reflexiones sobre la crítica, antes que se me indigeste del todo la ensalada de despropósitos que ha supuesto el debate en las redes de las jornadas de investidura.

Como apuntamos en la entrada anterior, en su sentido estricto y etimológico, crítica es el arte de juzgar. Así, como un arte de difícil ejecución, es como deberíamos entenderla y así lo era en la antigüedad. Es generalmente aceptado que fue Aristóteles quien estableció los cimientos de la crítica universal. Su precisión de pormenores, la sutileza de su análisis y la exactitud de sus definiciones han sido el punto de referencia imprescindible hasta nuestros días. A partir de Aristóteles, el arte de la crítica, en todos sus ámbitos, se ha entendido como un ejercicio sistemático y responsable con una triple misión: explicar, clasificar y juzgar.

Conviene subrayar estos dos últimos adjetivos: sistemático y responsable. Sin un estudio minucioso del asunto a evaluar, de sus antecedentes y circunstancias, es imposible efectuar una crítica que merezca tal nombre. Pero además, dicho estudio debe ser responsable; es decir, carente de personalismos, de prejuicios y moderado en sus conclusiones, tanto a la hora de alabar como de censurar. Para efectuar la crítica en los términos acabados de expresar, es necesaria una adecuada formación. Y ello nos obliga a pasar por el filtro de la propia autocrítica. Por tanto, el primer paso debería consistir en ser humilde: reconocer que todo es mejorable, saber considerar las opiniones ajenas aunque nos sean contrarias y admitir nuestros errores, incluso públicamente.

Es legítimo sentir orgullo por nuestros logros, pero su exceso puede llevarnos a la autocomplacencia o, lo que es peor, a la soberbia. Sólo desde este punto necesario de humildad podremos valorar los hechos en su justa medida y evitar los errores más comunes a la hora de ejercer la crítica, a saber:

  • Emitir juicios sobre materias que nos son desconocidas.
  • Confundir la crítica de una obra u acción con la de su autor.
  • Juzgar aquello que no es claro y patente.
  • Basar nuestra opinión simplemente en criterios ajenos, sin tener plena seguridad en la autoridad, veracidad y oportunidad de los mismos.

En conclusión, ejercer la crítica de forma fundamentada, objetiva y respetuosa, no debería ofender a nadie, al constituir una oportunidad de mejora y enriquecimiento general. Ello exige, como se ha dicho, competencia, responsabilidad, humildad y amplitud de miras para reconocer los propios errores y limitaciones.

De hecho, hemos ido avanzando en la historia impulsados por un continuo afán de mejora, y debemos continuar exigiéndonos esta permanente superación. De lo contrario corremos el riesgo de convertirnos en seres blandos y acomodaticios, susceptibles de ser manipulados y dirigidos por cualquier advenedizo oportunista que se cruce en nuestra trayectoria vital.

Mis 10 libros imprescindibles de economía, sociedad y gestión.

Cumpliendo con la promesa efectuada a mi apreciado Manuel Álvarez López, inquieto y brillante ingeniero español afincado en Lima, hoy comparto con ustedes una selección con mis diez libros imprescindibles de economía, sociedad y gestión, esos que todavía conservo en un lugar privilegiado de mi despacho, en formato papel y edición original (todo lo demás lo tengo ya en digital, por razones de movilidad y espacio). Comprobarán que no es una lista sesuda. He escogido las obras tanto por motivos sentimentales como intelectuales, pero todos los volúmenes seleccionados tienen en común tres características: 

  • Haberme enseñado algo completamente nuevo, animándome a pensar más allá de mis limitaciones, a curiosear y a profundizar en sus materias.
  • Ser intelectualmente honestos y rigurosos.
  • Estar bien desarrollados y escritos.  

Son diez, aunque podrían ser veinte o treinta, o... (ya perdí la cuenta).

  1. El libro de Economía de Samuelson P. y Nordhaus William fue una de mis referencias estudiantiles (algo tardías) y ha permanecido conmigo muchos años. Me sigue gustando releer sus manoseadas páginas de vez en cuando con el fin de refrescar fundamentos, tarea que muchos economistas actuales parecen haber olvidado. Lo complemento con otro tratado que me gusta especialmente por su calidad didáctica, el de Macroeconomía de Olivier Blanchard.  Y si quieren un brillante contraste teórico, merece la pena bucear en el enfoque abierto que proponen Sachs y Larrain en Macroeconomics in the Global Economy, recomendación que recibí a su vez de un seguidor de mi timeline.
  2. Ventaja Competitiva, la obra de referencia de Michael Porter, me abrió las puertas a la estrategia competitiva moderna. Los posteriores trabajos del autor, a mi entender, han sido una sucesión de variaciones con repetición de este libro fundamental, aunque como estudioso de la geoeconomía le tengo un especial aprecio a su Competitive Advantage of Nations.
  3. Las Consecuencias Económicas de la Paz de Keynes es una de esas obras que uno nunca se cansa de leer. Un trabajo monumental de apenas 200 páginas, en las que el gran economista condensa toda su experiencia vital y saber económico para ofrecer un análisis lúcido y profético sobre las negociaciones que condujeron al Tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial. Otro trabajo de Keynes que considero de lectura ineludible son sus Essays In Persuasion, una obra maestra de la literatura en general.
  4. Por qué Fracasan Los Países (los Orígenes del Poder, la Prosperidad y la Pobreza) es otra de esos libros que quienes están interesados en comprender la dinámica económica global no deberían dejar de leer. En él se explica como el intervencionismo político y la configuración institucional resultan más determinantes para la prosperidad (o ruina) de un país que factores tales como el clima, la geografía o la cultura. En este sentido, se complementa muy bien con otro gran trabajo, más centrado en aspectos económico-financieros globales: Grietas del Sistema de de Raghuram G. Rajan. Y para cerrar este círculo virtuoso, otro espléndido ejemplar: Violence and Social Orders: A Conceptual Framework for Interpreting Recorded Human History, de Douglass C. North, John Joseph Wallis y Barry R. Weingast. Lean los tres, y entenderán el mundo un poco mejor.
  5. Camino de servidumbre es otra obra magna que debe leerse, ante todo, sin perjuicios ideológicos. Un libro intelectualmente honesto, preciso y de tremenda actualidad, que reflexiona sobre la pérdida de las libertades y el progreso del totalitarismo asociados a la creciente planificación de la actividad de las personas. ¿Les suena?
  6.  La lectura de la Explicación Del Comportamiento Social, de Jon Elster, constituyó para mí un continuo disfrute. Con él comprendí mejor los mecanismos de la interacción social, el porqué de nuestro comportamiento grupal y el funcionamiento de la toma colectiva de decisiones, en diversas facetas de la realidad. Resulta, además, un ejemplo de libro riguroso pero a la vez didáctico y accesible en su lenguaje. Algo que unos cuantos ampulosos "expertos" de hoy en día deberían aprender.
  7. Lean Startup: Cómo crear empresas de éxito utilizando la innovación continua es mucho más que un libro de gestión. Sus reflexiones  exceden el ámbito la empresa y pueden aplicarse a diferentes organizaciones, muy especialmente burocráticas. Es, ante todo, un ejemplo de think outside the box convertido en texto de culto para nuevos emprendedores.
  8. La España Imperial (1469-1716) y El Conde-Duque de Olivares, de John H. Elliot no son libros ni de economía ni gestión, sino de pura historia, pero leer el impresionante y detalladísimo relato de los siglos de oro del imperio español ayuda a cualquier economista o analista a entender mejor nuestra presente realidad económica, social y política. Nunca mejor dicho aquí lo de que "de aquellos polvos vienen estos lodos".  Cualquier lector atento reconocerá al instante en las páginas de ambas obras acontecimientos y patrones de conducta muy familiares. Totalmente recomendables.
  9. Whole Business Thinking - Executive Management es un libro que encontré por casualidad mientras curioseaba en una librería de viejo. Aborda con un enfoque integral todos los conceptos y procesos clave de la dirección y gestión ejecutivas, haciéndolo además con claridad y concisión. Una excelente referencia.
  10. Finalmente, y como más reciente incorporación a mis top ten se halla el libro que me abrió las puertas a una visión práctica y alcanzable del liberalismo. Me refiero a la hasta ahora mejor obra de Daniel LacalleViaje a la libertad económica: Por qué el gasto esclaviza y la austeridad libera, lectura obligatoria para todo aquel que pretenda entender los mecanismos de la alta economía moderna y no dejarse engatusar por los smoke sellers que pululan el mundo político y financiero.

Lo dicho: podrían ser muchos más de diez, pero en la lista precedente están todos los que para mí son. Ah, y a este respecto, no deberían perderse la lectura del primer libro que han lanzado los fundadores de Sintetia y que presenta una visión fresca, dinámica y didáctica de la economía difícil de encontrar: Nunca te fíes de un economista que no dude. Lean y sigan el consejo de su título. Que conste que les he avisado.

Analizando la cruda realidad de los bonos ligados al crecimiento

En mi primera entrega sobre este tema en Sintetia efectuaba unas reflexiones iniciales, así como una breve descripción teórica, de los bonos ligados al crecimiento(bonos ligados a la capacidad de pago, bonos vinculados al PIB o bonos PBI) un instrumento financiero muy poco conocido y utilizado, pero que ha saltado a la palestra informativa al constituir una de las propuestas estrella de formaciones de izquierda como Syriza y Podemos.

 La idea de estos bonos parece tremendamente atractiva sobre el papel de un programa electoral y a los ojos de cualquier ciudadano, pero en la práctica, las dificultades e interrogantes existentes hacen que la implantación de estos bonos sea una cuestión todavía muy incierta, hecho que corroboran las contadas emisiones habidas en el pasado (Costa Rica, Bulgaria, Bosnia Herzegovina y Argentina) y sus más que discutibles resultados.

En mi nueva entrada trato precisamente de tales dificultades y cuestiones no resueltas, con el objeto de que ningún lector se deje llevar por bonitos cantos de sirena:

Bonos ligados al crecimiento (II): la cruda realidad

Un ejemplo de BUEN artículo sobre finanzas

Hace unos días compartí con ustedes un ejemplo de cómo NO debe escribirse un artículo sobre finanzas, a propósito de una reflexión de Antonio de Miguel ("Escribir textos económicos comprensibles es posible y más necesario que nunca").

Hoy, para compensar, quisiera recomendarles un artículo que ejemplifica todo lo contrario. Se trata de una entrada recientemente publicada bajo seudónimo en el blog Nada es Gratis, con el título de "La política económica como Dios manda". Un post brillante, ameno y muy bien trabajado, que cumple con los requisitos que Antonio de Miguel reclama para cualquier texto económico:

Para escribir un texto económico bueno, que cale en el lector, que le abra la mente a los conceptos es necesario ilustrar, manejar acertadamente las metáforas, las comparaciones… y los demás instrumentos del lenguaje que convierten un escrito en literario. Quienes escriben de economía y finanzas deben esforzarse en dotarles de ritmo, de cadencia y de una estructura consecuente que, como el estribillo de una canción, se cuele en la cabeza del lector. Sin olvidar su fin último: la didáctica.

Disfruten con su lectura. Trabajos así son difíciles de encontrar en la divulgación económica cotidiana.

 

Un ejemplo de cómo NO debe escribirse un artículo sobre finanzas

Hace unos días, mi apreciado Antonio de Miguel escribió un excelente artículo en su blog En el Fondo de mi Bolsillo, titulado "Escribir textos económicos comprensibles es posible y más necesario que nunca". Antonio comenzaba su entrada con esta afirmación que comparto en su totalidad:

Lo normal es que los escritos de economía sean aburridos, redactados en una jerga incomprensible. Las exposiciones que pueblan diarios, libros, páginas webs y blogs financieros se amparan en el academicismo más rancio. Suelen estar repletos de tecnicismos oscuros, ajenos al más común del lenguaje ciudadano. También adolecen de un exceso de anglicismos y de conceptos reducidos a siglas casi jeroglíficas.

Resultado: El lector al que queremos interesar, seducir o convencer se cansa antes de terminar.

Ayer encontré en Cotizalia un ejemplo perfecto de este tipo de textos al que se refiere Antonio. Se titula "Los Pilares de la Inversión" y está escrito por Daniel J. Ivascyn, Group Chief Investment Officer en PIMCO, al que supongo un gran experto en inversión pero que resulta un desastre en divulgación financiera escrita.

Si el artículo original en inglés  es ya de por sí un monumento a la inanidad,  la horrísona traducción al español termina por dar la puntilla al texto, convirtiéndolo en un "publireportaje cabalístico sin edición ni corrección mínima de estilo", como tan bien comentó Imma Turbau en mi timeline de Twitter. Para muestra, un botón:

El pasado mes de mayo actualizamos nuestras perspectivas a través de la expresión de La Nueva Neutral, con la que sintetizamos nuestra hipótesis de unos tipos de interés oficiales neutrales más bajos en todo el mundo desarrollado, que seguirán brindando un importante anclaje a la valoración secular de todas las clases de activos. No obstante, será inevitable que se produzcan desviaciones cíclicas en torno a la neutral, por lo que resultará igualmente crítico comprender cómo divergen las tendencias de crecimiento e inflación de unas regiones a otras.

¿Se puede transmitir menos con tantas palabras? Si el autor del artículo y Cotizalia perseguían algún objetivo concreto con su publicación, nos gustaría saber cuál es, aparte de provocar la estupefacción y la huida del lector.  

Siguiendo con Antonio de Miguel:

Los buenos textos de economía tienen que beberse sin esfuerzo, paladearse con gusto en la mente del lector. Tienen que dar la sensación de que se han escrito sin sudor, igual que cuando degustamos un buen vino no percibimos el meticuloso trabajo de maduración que lleva la uva previamente.

De la misma forma, la materia prima de un buen caldo financiero, las palabras, tienen que pasar por un selectivo proceso maduración. Deben llevar la impronta del enólogo. Ese toque personal que hace que ese escrito sobre finanzas sea distinto de los demás, alejando toda duda al lector de que se ha utilizado “copia y pega” de jerga improductiva.

Resultado: Escribir bien de economía o finanzas, en correcto español, es posible y se puede aprender.

Esperemos que el señor Ivascyn se de por enterado para próximas comunicaciones. En cualquier caso, basta con que empiece a tomar lecciones de los mejores. De hecho, tiene a uno de ellos en su casa.