La deuda pública que no cesa

Según los cálculos del Banco Central Europeo, España será el país europeo que más haya incrementado su deuda pública durante la pandemia.

Cerrará este año con 22 puntos más de deuda pública sobre el PIB. Se mire como se mire, resulta un lastre para generaciones futuras y una espada de Damocles en caso de una indeseable y todavía poco probable, aunque no descartable, subida de los tipos de interés.

Coplilla económico-lentejera

Gráfico de @javiergec

La economía encontró
que su rumbo había perdido.
Por los púlpitos buscaba
un timonel precavido.

¿Dónde te fuiste cordura
que me dejaste así en vilo?
Y la cordura callaba
desde su cárcel de olvido.

Y el déficit sollozaba
por aquel rigor perdido.
¿Dónde está el país vibrante
que habíamos conocido?

No dejéis que se nos pierda
entre tanto pan y circo.

Post de Economía Parda: Tratamiento de Choque para Yonquis de la Deuda

La historia económica de la últimas décadas en nuestro país, y de bastantes otros, se asemeja a la de del nuevo rico al que un día le comenzaron a llover millones, iniciando una senda de despilfarro sin bases sólidas de futuro.

Se compró una, dos, tres casas, con muchos garajes, piscinas, pistas de tenis, solariums... Adquirió vehículos, aviones privados, contrajo carísimos compromisos, se cargó de obligaciones financieras con objeto de mantener un ritmo de vida muy superior a lo que estaba acostumbrado. Vestía caro, comía de lujo y desperdiciaba la comida. Gastaba a espuertas en llamativos caprichos. Era pródigo en dádivas con familiares, aduladores y correveidiles varios, deslumbrados por su estilo de vida.

Pero aquella fortuna se esfumó tan rápido como vino. El dinero dejó de fluir, casi de golpe. No así los gastos. Incapaz de acomodarse a las nuevas estrecheces, el nuevo rico quiso conservar su oropel a toda costa, manteniendo mansiones, abalorios y caprichos. La austeridad no era lo suyo. Así que empezó a tirar progresivamente de tarjetas oro y endeudamientos platino, cambalacheando los favores que antes había otorgado. La espiral creciente de gasto y deuda duró lo que duraron los saldos crediticios y los falsos amigos; apenas un suspiro en el tiempo de una larga ruina. ¿Quiebra? ¿Impago? ¿Fin de la historia?

No necesariamente.

Ante una situación así, no caben medias tintas. El remedio ante una deuda rampante, casi ingobernable, es análogo para particulares y países: requiere detenerse y reiniciar, lo que a su vez conlleva movimientos telúricos, pactos sísmicos con el destino, tsunamis de valentía y decisión. En algún momento (nunca es tarde) hay que marcar una línea roja y decir: "de aquí no podemos pasar". Los ciudadanos, gobernantes e instituciones debemos anclar los pies en el suelo de la cruda realidad y responsabilizarnos sin excusas de nuestro futuro. Seguro que duele, porque NOS TIENE QUE DOLER, pero a todos, sin distinción. A algunos más que a otros. Sobre catarsis de este tipo se construyen los futuros. El gesto debe tener una significación abrumadora y, por lo tanto, requiere la simplicidad de los grandes momentos.

Pongamos, por ejemplo, que se decide detener la emisión de nueva deuda (no me refiero a dejar de pagar los compromisos adquiridos). De un día para otro. En crudo, sin anestesia. Para un particular, sería como coger unas tijeras y trocear las tarjetas de crédito. Se trataría de adaptarnos a esta circunstancia extraordinaria con todas sus consecuencias, iniciando una guerra cívica, ética y económica contra la insostenibilidad.

¿Por qué no redactar una especie de Declaración de Independencia de la Deuda? ¿Por qué no asumir cada uno nuestra cuota de esfuerzo, marcarnos objetivos (cuantificables e irrenunciables) y hacernos responsables de ellos, con nuestro patrimonio, nuestro cargo o nuestro prestigio? Priorizando esfuerzos, pero juntos. Les aseguro que las generaciones venideras recitarían dicha declaración como honra a sus padres refundadores.

Con la voluntad dispuesta, el proceso a seguir tiene pocos secretos. Se empieza elaborando una lista clara y comprensible de los elementos del sistema a los que debemos renunciar porque generan un endeudamiento innecesario. No nos compliquemos la vida: nombre, importe y carga financiera. Después, para cada elemento de deuda identificado, además de conocer los recursos liberados con su desaparición, valoremos los efectos y el impacto de cada liberación. Utilicemos una escala simple. Reordenemos la lista conforme a esta escala. A continuación, ajustemos esa lista reordenada atendiendo a la relación entre la dificultad de cada medida supresora de deuda y su entidad económica. Revisemos de nuevo. Movamos elementos, confrontemos estrategias, discutamos, acordemos y tracemos la ruta final.

A partir de ese momento, empecemos a cumplir, uno tras otro, con los hitos marcados. Hagamos camino al andar, creemos la necesaria inercia positiva para afrontar los obstáculos más complicados sin desfallecer. Persigamos hasta el último céntimo, seamos austeros y frugales en lo que realmente corresponde serlo, persistamos juntos y comprobaremos como, poco a poco, la carga se aligera, las inversiones regresan y los ingresos empiezan a crecer sin acogotar más al ciudadano.

Sé que este plan les parecerá burdo, ingenuo y simplón. En efecto: tal y como advierto en el título del post, se trata de economía parda, aquella que surge desde la reflexión a pie de vida, no desde la teoría política o financiera. Como decía Jean de la Bruyere, hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja. Y recordando también a otro grande, Thomas Fuller, todo es muy difícil antes de ser sencillo.

Que el egoísmo, el ansia de perpetuación en el poder y el cargo, el miedo, la desavenencia, la ira o la pereza no puedan con nosotros. Volvamos a empezar. Yo me apunto a lo que un día propuso de Daniel Lacalle: no nos entreguemos al vasallaje de la deuda.

¿Utopía? Quién sabe, pero de vez en cuando es bueno desayunar con ella.

Save Outside The Box.

Gráfico de la Semana: Las Naciones Unidas de la #Deuda

Sin duda el gráfico que más repercusión ha tenido esta semana en mi timeline es el que pueden ver ustedes a continuación, compartido por Ignacio Brime y publicado en un post de Visual Capitalist

Este espectacular mapa refleja la distribución relativa de los casi 60 billones (sí, con b) de deuda global por países. A su vez, los colores indican el porcentaje de dicha deuda respecto al PIB de cada país. Los datos con los que se ha elaborado la infografía son del FMI.  

Sobre el imparable endeudamiento global ya reflexionamos en este blog en ¿Desapalancamiento global? ¿Estamos de broma? y en Un mundo de deudores y acreedores...  También le tocó el turno a la deuda española en Let's Debt & Roll!. Se trata de un tema recurrente por crucial y porque constituye una verdadera espada de Damocles sistémica, cada día más grande y afilada. Entretanto, los mercados de deuda ya no dan más de sí... ¿o todavía podemos retorcerlos más?

Agárrense los cinturones... Mejor dicho, los bolsillos. 

La trampa de Tsipras

Anoche, tras un largo debate el Parlamento griego, el primer ministro Tsipras consiguió el respaldo de la cámara para celebrar el próximo día 5 de julio un referéndum para aceptar o rechazar las propuestas que todavía se estaban negociando entre el país, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.  Horas antes, como consecuencia del anuncio de consulta, el Eurogrupo había dado por finalizadas las negociaciones,  poniendo a Grecia al borde del colapso. Un colapso que podría materializarse de manera inminente en caso de que el BCE no mantuviera el grifo de liquidez de emergencia a los bancos helenos (ELA), algo que por el momento no va a ocurrir. No obstante, estén muy atentos a los mercados este lunes...

Estos hechos son la culminación de meses de una negociación surrealista, muy acorde con la enorme carga ideológica y populista del gobierno salido de las últimas elecciones griegas, como bien describe Antonio Maqueda en Voz Populi. Declaraciones grandilocuentes de una cosa y su contraria, actuaciones sorpresa sin respaldo financiero, anuncios de avances inminentes seguidos de pasos atrás, acusaciones un día sí y otro también a mercados y acreedores, rechazo frontal y aceptación a regañadientes de la Troika, deficiencias estadísticas y presupuestación etérea, acercamiento a rusos y chinos,... todo ello salpicado de medidas incoherentes con un estado en situación de emergencia financiera: recontratación de funcionarios, reapertura de la televisión pública, subida de impuestos, creación de más subsidios, control de medios de comunicación, empresas y bancos, y liquidación de la reforma laboral. Nada, por cierto, que no estuviera en el programa con el que Syriza ganó las elecciones: una colección de promesas sin respaldo económico ni estructural, pero harto agradables al oído de una población muy castigada por la crisis. Siguiendo a Luis Garicano, cabe recordar que en estos pocos meses de irresponsabilidad, Grecia ha pasado de tener uno de los mayores crecimientos de la eurozona, con sus bancos incluso emitiendo deuda privada, a la inminente quiebra. Enhorabuena a los responsables.

Nada nuevo en el horizonte griego

Entenderán ustedes que, en estas condiciones, seguir apoyando con miles de millones de euros a un gobierno poco fiable, que insiste en la "reestructuración" (=impago) y que no no da garantía alguna de futuras devoluciones parece, cuando menos, insensato.  Porque, además, no olvidemos que el despropósito económico griego viene de muy largo...

Si nos remontamos a los años 70, antes de la entrada de Grecia en la Unión Europea, comprobamos también que el despilfarro ha sido norma en los sucesivos gobiernos helenos. ¿Va a ser esta vez diferente, con unos responsables políticos que abogan por más gasto sin asegurarse mayores ingresos?

Aquí un gráfico más reciente, gentileza de @_perpe_:

Esos malévolos acreedores...

Viendo estos gráficos, ¿puede alguien con dos dedos de sensatez afirmar que el problema griego deriva de la "austeridad" impuesta por la Troika, el FMI, los malvados mercados y el sursuncorda? Sobre este supuesto austericidio ya debatimos largo y tendido en las redes sociales semanas atrás. Otro mito del discurso populista de Syriza. Procede asimismo recordar la serie de tuits que Miquel Roig (imprescindible seguirlo) realizó sobre dicho mito: "¡No fue la Troika, estúpido! "

En este sentido, no lo olvidemos, Europa también tiene su cuota relevante de responsabilidad. En una excelente reflexión sobre el tema, Jesús Cacho apunta: 

Claro que la culpa no es solo de Tsipras y del Gobierno de Syriza. Esa culpa está también, y en gran medida, en quienes en la UE han permitido semejante estado de las cosas. En realidad, y si de apelar a la franqueza se tratara, habría que admitir que lo que estos días ocurre en Bruselas poco o nada tiene que ver con políticas económicas o fiscales, sino con la necesidad de salvar la cara de quienes permitieron a Grecia formar parte de la Eurozona, y de los burócratas de Bruselas que han seguido soltando la pasta durante años para mantener esa ficción. Grecia nunca debió entrar en el euro; para lograrlo maquilló sus cuentas públicas y engañó a todo hijo de vecino: ahora está pagando las consecuencias. Las pagamos todos.

Efectivamente: las pagamos y las pagaremos todos, como demuestra este cuadro de la exposición de España y resto de Europa al impago griego: 

A las cifras anteriores, debemos incluir también nuestra cuota de participación en el FMI (1,7%), que viene a suponer unos 700 millones de euros de exposición adicional. Ese es el precio de nuestra solidaridad con Grecia, y da lo mismo que se trate de préstamos directos o de garantías, como explica de manera cristalina Juan Ramón Rallo:

En los préstamos bilaterales, España emite deuda en los mercados financieros y el capital cosechado mediante esas emisiones de deuda es re-prestado a Grecia: si Grecia no nos lo devuelve, nosotros sí deberemos hacer frente a la deuda que hemos emitido en los mercados para concederle el crédito (a menos que queramos hacer default como Grecia).

En los créditos otorgados a Grecia por el EFSF, fue el EFSF el que emitió deuda en los mercados para financiar sus préstamos a Grecia, y España avaló esa deuda emitida por el EFSF (ya que el EFSF carece de recursos propios: sin avales, jamás podría haber emitido un solo euro): por tanto, si Grecia impaga sus créditos con el EFSF, seremos nosotros quienes tendremos que amortizar la deuda emitida por el EFSF en los mercados… al igual que lo haríamos si hubiésemos emitido directamente la deuda para prestarle a Grecia.

Dicho de otra manera: ¿qué diferencia hay entre que yo pida prestado a un banco para darle un crédito a Tsipras y que mi empresa sin recursos propios le pida prestado a un banco con mi aval personal para darle un crédito a Tsipras? Ninguna: en ambos casos, si Tsipras no paga me tocará pagar a mí.

¿Una estrategia premeditada?

A principios de año, apunté en mi timeline de Twitter que la estrategia de Syriza era la de conseguir un default controlado, trastocando a su favor las reglas internacionales de negociación de la deuda soberana. Se trataría de tensar la cuerda lo máximo posible para presentar a sus acreedores como los malos de la película, entes hostiles a la dignidad nacional griega y responsables de la penuria que seguiría al impago.

Tomar las riendas completas del poder y ejecutar la política que Tsipras y los suyos persiguen desde el minuto cero de su mandato implica crear, como en todo populismo, un enemigo externo al que cargar las culpas. Hecho el trabajo de desgaste durante semanas, con la consulta del próximo domingo se pretende  dar la puntilla y apuntalar el pretexto, presionando a los griegos y  a las instituciones europeas más allá de lo razonable. De hecho, Syriza ha tardado apenas dos telediarios en convocar una gran manifestación contra la austeridad para este lunes y, por supuesto, pidiendo el NO para el referéndum.

La trampa, en fin, está ya tendida. Como escribía hoy Alberto Artero, alias McCoy, "entre susto o muerte, Grecia ha decidido morir":

Tsipras y Syriza pensaban que al Eurogrupo se le podía ganar por agotamiento, por abandono del rival. Y se han encontrado con la sorpresa de que no es así.

En este sentido, el desarrollo de los acontecimientos sigue punto por punto el caso argentino durante la crisis del los "holdouts". Al acceder al gobierno, Tsipras pronunció un discurso muy similar al de Néstor Kirchner en 2005: "Pagaremos todo lo que debemos al FMI y BCE. Y llegaremos a un acuerdo con la UE". Sabemos bien lo que pasó entonces en Argentina y puede pasar ahora en Grecia: impago, corralito, devaluación y todo lo demás. Hablamos de una posible salida del euro por la vía del tocomocho al resto de ciudadanos europeos.  

¿Y ahora qué?

Si recuerdan mis escenarios sobre Grecia del pasado mes de frebrero, siempre he mantenido la opción de la ruptura de negociaciones, default y salida del euro como posibilidad cierta, con una probabilidad que oscilaba del 35% (escenario favorable) al 50% (desfavorable), lo que me granjeó no pocas críticas por cenizo y desconfiado. Visto lo visto, creo que tales escenarios no iban desencaminados y que nos aproximamos al cariz más negativo a marchas forzadas. 

Lo que traería ese default con salida del euro tiene dos posibles ejemplos recientes: el malo o el peor. Argentina o Venezuela, ambos sobradamente conocidos. En el primer caso, no sería descabellado, tras la imposición del control de capitales, contemplar una "dracmatización" de los depósitos de los ciudadanos griegos, como ya ocurrió en país andino con la "pesificación". Esos ciudadanos serían, con toda probabilidad, los más desfavorecidos, aquellos que no pudieron poner sus euros a buen recaudo fuera del país. En ese escenario, se plantearía la creación de una cuasi moneda de emergencia como los famosos "patacones", único recurso financiero para los pobres a quienes Syriza dice proteger. Pobres que, por otra parte, acabarían multiplicándose. 

Tsipras trata ahora de tranquilizar a funcionarios y pensionistas, garantizando el pago de sus nóminas, pero en una situación como la descrita no las podrían sacar del banco, o sólo podrían hacerlo en cantidades muy limitadas. Literalmente, no habría dinero para todos. De ahí a nacionalizar los fondos de pensiones privados para hacer frente a los gastos del país hay un paso.Y no es economía ficción

De un supuesto devenir venezolano para Grecia, mejor ni hablamos. ¿Sería factible algo así en nuestras latitudes? Es poco probable, pero cosas veredes en este viejo continente...

Las implicaciones geopolíticas y geoconómicas para Europa de la salida griega el euro resultan, todavía, muy inciertas, y dependerán de los pasos que adopte una Unión Europea morosa, indecisa y fiscalmente limitada. Pese a las grandes turbulencias que sin duda produciría el default heleno, permitir un Grexit controlado mientras que a su vez se avanza decididamente hacia la integración fiscal, podría acabar reforzando la Eurozona. El mensaje  al resto de países sería cristalino: no hay otro camino que el de la responsabilidad presupuestaria. Solidaridad, toda la que haga falta (¿cuánto se ha gastado Europa en sostener a Grecia, señor Varoufakis?); regalos a fondo perdido, ninguno.  Es el momento de las decisiones. Nos jugamos mucho, todos, no solo los griegos.

En cuanto a Grecia, todavía no es tarde para rectificar. Pese a la brutal campaña anti-acuerdo que se desplegará en estos días (con el entusiasta apoyo patrio de Podemos y afines), puede que los ciudadanos griegos, colocados irresponsablemente por sus dirigentes entre la espada y la pared, decidan no comprar el Unicornio que Syriza y sus socios les presentan y asumir, de una vez por todas, que el país debe cambiar y reconvertirse en una nación europea del siglo XXI, cueste lo que cueste, mano a mano, con sus vecinos europeos. El golpe para Syriza de un resultado así sería aleccionador para los populismos europeos emergentes. 

Alea jacta est.

Analizando la cruda realidad de los bonos ligados al crecimiento

En mi primera entrega sobre este tema en Sintetia efectuaba unas reflexiones iniciales, así como una breve descripción teórica, de los bonos ligados al crecimiento(bonos ligados a la capacidad de pago, bonos vinculados al PIB o bonos PBI) un instrumento financiero muy poco conocido y utilizado, pero que ha saltado a la palestra informativa al constituir una de las propuestas estrella de formaciones de izquierda como Syriza y Podemos.

 La idea de estos bonos parece tremendamente atractiva sobre el papel de un programa electoral y a los ojos de cualquier ciudadano, pero en la práctica, las dificultades e interrogantes existentes hacen que la implantación de estos bonos sea una cuestión todavía muy incierta, hecho que corroboran las contadas emisiones habidas en el pasado (Costa Rica, Bulgaria, Bosnia Herzegovina y Argentina) y sus más que discutibles resultados.

En mi nueva entrada trato precisamente de tales dificultades y cuestiones no resueltas, con el objeto de que ningún lector se deje llevar por bonitos cantos de sirena:

Bonos ligados al crecimiento (II): la cruda realidad

El mito de los bonos ligados al crecimiento, revisado en diez tuits

Reflexiones a vuelatuit sobre la propuesta de Syriza (y Podemos) relativa a la posibilidad de emitir bonos ligados al crecimiento (además de convertir la deuda en perpetua), una cuestión sobre la que hay muy poca divulgación en los medios económicos:

El tema merece un artículo de fondo, algo que estoy considerando para Sintetia.  A este respecto, Pepe Fdez-Albertos me ha proporcionado un enlace a un interesante "paper" sobre el tema (de pago), que data de 2004 y que leeré con sumo interés. 

En relación con la fiabilidad contable de algunos países en lo que se refiere a la publicación de ciertas cifras macroeconómicas clave, viene a cuento mencionar dos artículos publicados hace unos meses:

Estaré encantado de leer sus aportaciones al respecto. 

Reflexiones de viernes tarde: España, datos positivos y datos preocupantes; Europa, manguerazos de liquidez

Frente a la tentación del triunfalismo, sensatez y objetividad. O al menos, luchar por ejercerlas pese a nuestras limitaciones intelectuales y de carácter. Lo sé: cuesta. Y sí: dudar no solo es normal, sino absolutamente necesario.

DATOS POSITIVOS

Los resultados de la EPA del cuarto trimestre de 2014 son francamente positivos, pero hay que ponerlos en perspectiva con los datos de empleo anteriores a la crisis. Todavía nos queda un largo camino que recorrer, en muchos aspectos:

En este sentido, les recomiendo leer post publicado en el blog de Manuel A. Hidalgo Pérez: "¿Qué explica la variación del desempleo español durante la Gran Recesión y recuperación?". Una entrada bien elaborada y muy didáctica, en la que describe de forma cristalina los componentes de las cifras de desempleo (Desempleados=Pob16-Ocupados-Desanimados-RestoNoActivos), y los elementos básicos que configuran su tasa de variación U:

Siendo A la población activa y O el número de ocupados. La tasa de crecimiento del desempleo aumenta (disminuye) porque aumenta (disminuye) la tasa de crecimiento de la población activa o bien porque cae (aumenta) la tasa de crecimiento de los ocupados.

Todo ello queda representado en este significativo gráfico, que nos confirma que la disminución del desempleo al final de 2014 ha estado impulsada mayoritariamente por el aumento en el número de ocupados, y no por la disminución de la población activa (como ocurrió en meses anteriores).  

Un apunte relevante: el crecimiento observado de la población activa hará cada vez más difícil reducir la tasa de paro (23,7%) si no se aplican reformas adicionales en la economía. Lo veremos en los próximos meses.

Finalmente, para completar este panorama laboral, también merece la pena revisar la siguiente tabla compartida por @combarro, otro activo, valioso pero muy discreto divulgador de mi timeline. En él se muestra la variación del empleo por sectores y Comunidades Autónomas desde 1995:

DATOS PREOCUPANTES

Señoras y señores: estamos endeudados hasta las cejas. La deuda del conjunto de la economía española supera ya el 315% del PIB:

El endeudamiento del conjunto de la economía ha crecido en 8,4 puntos con respecto a 2013. Hogares y empresas se han desapalancado (lo que han podido) a un altísimo coste en capacidad de consumo e inversión. Por otro lado, las AAPP han pasado de tener una deuda total del 39,4% en 2008 al 133,5% en 2014 (deuda PDE y no PDE, todas las AAPP y empresas públicas). Y sigue subiendo, aunque a un ritmo algo menor.

¿Quién financia este endeudamiento? Sólo con ver nuestra deuda exterior neta lo sabemos: ya ha superado el billón de euros (datos del tercer trimestre de 2014), esto es, el 95,1% del PIB, 2,5 puntos porcentuales más que en 2013. ¿Volvemos a viejos patrones de crecimiento?. SI es así, mal asunto...

MANGUERAZOS DE LIQUIDEZ

"¡Hágase el QE!

"¡Hágase el QE!

Las nuevas "medidas no convencionales" (me parto) de Draghi constituyen un recurso de emergencia que pretende dar un respiro a las economías europeas, pero no dejan de ser, a mi entender, una patada hacia adelante, como bien apuntaba hoy Juan Ramón Rallo

Cuando se rechaza lo correcto, sólo queda intentar lo incorrecto. Tal parece ser el lema del Banco Central Europeo.
(...)
Proporcionar todavía más liquidez a la banca no solventa los problemas de base que impiden que “fluya el crédito”.
(...)
El BCE busca sustituir oportunidades de inversión y ahorro propio por mayor riesgo y endeudamiento.
(...)
El chute monetario del BCE contribuye a aplazar de manera indefinida cualquier reforma profunda en el esclerotizado modelo europeo.

No me malinterpreten. Ojalá la jugada monetaria salga bien, lo deseo fervientemente, pero para que ello sea así deberían ocurrir dos cosas:

  1. Que se traslade a empresas y hogares (vía reducción de costes de financiación y mejor competitividad por un euro bajo), cuestión harto dudosa.
  2. Que no detenga las reformas, algo todavía mucho más incierto.

Además, tales medidas animarán a abrir el grifo del gasto público (sin haber atacado las actuales ineficiencias) y a crecer, de nuevo, vía endeudamiento, beneficiando a los de siempre: gobiernos y bancos. Y vuelta a empezar.

Esta entrada en Gurusblog y el siguiente gráfico lo explican muy bien: 

En la misma línea, un personaje muy autorizado ha dicho hoy en Davos:

Damit wird die EZB viele Vermögende noch viel reicher machen (Parece que el BCE hará más ricos a muchos ricos)
— George Soros

Para que se hagan una idea de las cantidades en juego, aquí les muestro el desglose de una posible compra máxima de deuda pública, basado en el anuncio de Draghi y el "capital key" de cada país en el BCE. Tremendo.

¡No fue la Troika, estúpido! Hechos sobre la debacle griega en 10 tuits

Miquel Roig nos recuerda muy acertadamente que los problemas de Grecia empezaron mucho antes de que la denominada Troika entrara (con mejor o peor fortuna) en acción.  

Grecia 2.jpg
(Leer de abajo arriba)

(Leer de abajo arriba)

A este respecto, el pasado mes de noviembre recomendaba en un post un excelente y revelador "paper" de Luis Espinosa Goded, titulado "El Soprendente Caso de la Medición de la Deuda Griega. Crímenes, Mentiras y Estadísticas". 

Que el ruido mediático no les estropee una reflexión equilibrada sobre el tema.