Abundancia digital, escasez habitacional: el gran fracaso del siglo XXI

El acceso a una vivienda digna y asequible es uno de los principales factores que condicionan el bienestar humano. Como muestra el índice de asequibilidad (gráfico: FMI, Biljanovska et al., 2023), en 40 países analizados las casas son hoy menos accesibles que en cualquier otro momento desde 2008, con niveles por debajo del umbral mínimo de ingresos necesarios para acceder a una hipoteca media. El gráfico refleja un deterioro generalizado, y España no es una excepción: con precios disparados y salarios estancados, cada vez más hogares destinan una mayor parte de sus ingresos solo a pagar el alquiler o la hipoteca.

Esto contrasta con otras áreas vitales (como la alimentación, la energía, los electrodomésticos, el transporte o la ropa) donde la tecnología ha permitido una reducción de precios a lo largo de las décadas y una democratización del acceso. En cambio, la vivienda sigue anclada en una lógica de escasez artificial, urbanismo restrictivo y rigideces normativas que impiden aumentar la oferta en zonas de alta demanda. Es una anomalía histórica: vivimos rodeados de abundancia, pero seguimos gestionando la vivienda como si estuviéramos en el siglo XIX.

No hay razones estructurales que justifiquen que la vivienda tenga que ser tan cara. Podría ser, y debería ser, un bien accesible, abundante y tecnológicamente optimizado. Su elevado coste tiene un efecto multiplicador negativo: reduce la natalidad, dificulta la movilidad laboral, incrementa la desigualdad y limita las oportunidades vitales, sobre todo entre los más jóvenes.

Revertir esta tendencia exige una revisión profunda de políticas urbanísticas, fiscales y regulatorias. Porque si la vivienda es el principal gasto de los hogares, entonces es también uno de los palancas más potentes para mejorar el bienestar colectivo. El acceso a la vivienda no es solo una cuestión económica: es una cuestión de dignidad, equidad y visión de futuro.

De no gestionarse adecuadamente esta cuestión esencial, nos encontraremos con uno de los factores más importantes de inestabilidad local y global en los próximos años.

Okupando, que es gerundio

La estadística del Ministerio del Interior indica que en los últimos 5 años (desde 2017 hasta 2021) las okupaciones de viviendas crecieron un 63% al pasar de 10.619 a 17.274. En valores absolutos, el mayor número de incidentes durante 2021 ha tenido lugar en Cataluña, Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana, según muestra este mapa de El Mundo:

"La mayoría de casos hace referencia a usurpaciones -ocupaciones de pisos vacíos (una herencia, por ejemplo) o del banco-, mientras que los allanamientos -cuando se okupa una vivienda habitual, ya sea primera, segunda o tercera residencia- son residuales."

En relación con el parque total de viviendas en España (25.976.305) el número de okupaciones es, en efecto, reducido, pero lo importante aquí es la tendencia incremental, que se acelera claramente, y la creciente inseguridad jurídica que ello conlleva, muy perjudicial para el mercado de la vivienda de alquiler, ya muy tensionado.

Con datos de los Ministerio de Interior y de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana , he confeccionado la siguiente tabla, donde podemos ver el ranking de CCAA según ratio de okupación por cada 1000 viviendas, que en mi opinión es más significativo que el simple valor absoluto o el ratio por población:

El alquiler de vivienda en España: es hora de innovar

alquiler-e1536251331698-1140x419.jpg

Mi última colaboración en Agenda Pública trata un tema de máxima actualidad. Ahora que hablamos tanto de solidaridad social y generacional, reducir las dificultades de acceso a la vivienda a nuestros jóvenes y a nuestros conciudadanos menos afortunados sería un ejemplo del que podríamos sentirnos muy orgullosos.

Leer artículo completo.

La vivienda se recupera: no repitamos los errores de un pasado demasiado cercano

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las compraventas de inmuebles residenciales subieron un 15,5% en febrero, incrementándose en 14 autonomías. Asimismo, la tasa de variación anual del Índice de Precios de Vivienda se situó en el 1,8% en el cuarto trimestre de 2014.  

Parece evidente, por tanto, que se está produciendo un cambio de tendencia en el mercado de la vivienda tras el vía crucis producido por el estallido de nuestra monumental burbuja inmobiliaria. A este respecto, el pasado lunes publicaba un nuevo artículo en mi blog sobre finanzas éticas y responsables de Domestica Tu Economía, animando a no repetir errores pasados y  proporcionado algunos consejos sobre como planificar adecuadamente la que posiblemente sea una de las decisiones financieras más importantes de cualquier familia: