El futuro del dinero en metálico: ¿Represión o Libertad?

Hoy se publica en Qué Aprendemos Hoy la tercera y última parte de mi serie divulgativa sobre el futuro del cash. Muchos autores ven en la inclusión financiera y en la erradicación del dinero en metálico una de las herramientas más potentes para combatir la pobreza. Otros destacan los beneficios que ello supondría en cuanto a la lucha contra la corrupción. Finalmente, son también numerosos los economistas que ven el cash como un reducto de libertad individual, y luchan por su mantenimiento. En la entrada de hoy se analizan someramente estos dos últimos aspectos.

Los tres artículos de la serie:

El futuro del cash (I): ¿Una realidad menguante?

El futuro del cash (II): Hombre rico, hombre pobre

El futuro del cash (III): Represión o libertad

Un tuit para enmarcar...

Su autor, Eduardo Garzón, "Miembro del Consejo Científico de ATTAC" y (ejem) "Doctorando en Economía Internacional", ha quedado retratado para la posteridad... 

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Breves chispazos sobre la EPA del segundo trimestre de 2015.

Hace dos días salió a la luz la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre del año.  Como es habitual, la publicación de los datos dio pie a sonoros golpes de orgullo en el pecho por parte de algunos y a garrotazos calamitosos de otros hacia los primeros. Un nuevo episodio del típico debate económico nacional, preñado de hooligans que a la primera de cambio se mentan las ideologías o las madres, según el caso. Eso sí, pocos datos e interpretados a la remanguillé.  

El caso es, tal y como apuntaba en mi timeline, que las cifras publicadas son positivas, le pese a quien le pese. Eso sí, ni resultan tan estratosféricas como las pintan algunos ni tan desoladoras como argumentan otros. Aunque el gap que debemos recuperar es todavía enorme, la tendencia de los últimos meses es lenta pero buena:

Otro dato relevante (también favorable) de la nueva EPA tiene que ver con la población activa, la cual experimenta un aumento de 116.100 personas en el segundo trimestre de 2015: 23.015.500 en total. En el excelente Storify de Combarro pueden encontrar muchos más gráficos sobre la Encuesta, que confirman la apuntada tendencia positiva.

En el lado oscuro de las cosas, uno de los argumentos estrella de la crítica más negativa (que suele coincidir con los sectores a la izquierda del panorama político) es el de que la mayoría del empleo creado es "temporal, de baja calidad", como si fuera un fenómeno achacable a los gobernantes actuales y no una realidad estructural de décadas.

En este gráfico de 2013, @absolutexe ponía en evidencia este hecho: "el 90% de contratos que se firman mensualmente son temporales … exactamente igual que ha venido pasando desde mediados de 1997"

Según los datos de la EPA, el total de nuevos asalariados durante el segundo semestre de 2015 ha sido de 368.400, de los cuales Indefinidos fueron 60.800 (un 16,5 %) y temporales 307.600 (83,5%). Todo ello con un porcentaje total de trabajadores indefinidos del 74,91%. Nada novedoso en el mundo laboral patrio: ese tanto por ciento de trabajadores con contrato indefinido ha permanecido oscilando alrededor del 70% - 75% desde hace más de una década. Datos son amores y no difusas razones.

En definitiva, estamos creando empleo, aunque bastante por debajo de nuestro potencial, todavía con un buen número de ineficiencias, rigideces y despilfarros a nuestras espaldas, y con similares patrones estructurales. Debemos reconocer también que no se puede pasar de nuestro reciente burbujón a un incierto "nuevo modelo" a golpe de decreto y por la vía rápida. De hecho, seguimos el camino lógico de creación de empleo de cualquier economía recién salida del estado comatoso e inmersa en un ambiente todavía incierto: comenzamos con empleo temporal a tiempo parcial, que luego se transforma a tiempo completo, para convertirse, si las circunstancias externas y estructurales lo permiten, en empleo fijo. 

Sin embargo, no contribuirá a ese repunte insistir en añosas políticas de fomento del empleo, auténticos pozos de dispendio presupuestario de resultados demostradamente inciertos. Iniciativas tales como los 1.543 millones de euros (ahí es nada) del nuevo  Plan Anual de Políticas de Empleo (PAPE) 2015 pueden parecer un manido dejà vu. Uno de los más lúcidos economistas de nuestro foro señalaba que esos millones "terminarán yéndose por el retrete de subvenciones y ayudas, sin generar un puñetero empleo neto", y no le falta razón. Tal sinsentido es evidente para otros analistas: "te llenan de distorsiones e impuestos que encarecen la contratación y después te dan dinero para paliar las ineficiencias creadas". A este respecto, merece la pena leer el artículo (y sobre todo, los estudios en él enlazados) de José Ignacio García Pérez (Universidad Pablo de Olavide): "¿Tienen las subvenciones a la contratación los efectos deseados sobre la estabilidad de los empleos? ". Comenta el profesor:

No está claro que las bonificaciones llevadas a cabo hasta ahora tanto por el gobierno central como por la mayoría de los autonómicos hayan sido muy efectivas a la hora de aumentar el volumen total de empleo indefinido

Como apunta el autor, tales subvenciones contribuyen a generar indeseables distorsiones en el mercado laboral. La contratación de trabajadores subvencionados ha servido, entre otras cosas, para sustituir a otros trabajadores ya empleados y contratar a trabajadores que habrían sido igualmente contratados en ausencia de la subvención. A todo ello debemos sumar el agujero negro de los cursos de formación, así como la poca efectividad de los servicios públicos de empleo, como ponen de manifiesto estos gráficos compartidos por Fernando Sols Cueto:

No estoy especializado en este área económica, pero entiendo que la solución pasa por avanzar mucho más en la simplificación de las figuras contractuales y la normativa laboral, la reducción de trabas administrativas y cargas fiscales. También en la completa reestructuración de nuestro sistema de enseñanza y su articulación con el mercado de trabajo. Siguiendo con José Ignacio García Pérez:

Cualquier reconsideración que se haga de las bonificaciones a la contratación requerirían, en primer lugar, evaluar si no sería más eficiente fomentar la contratación indefinida con otros instrumentos. Uno de ellos sería la sustitución de todos los contratos actualmente existentes por un nuevo y único contrato que proteja al trabajador contra un posible despido futuro de una manera distinta a como se ha hecho hasta ahora. Si las nuevas contrataciones se hicieran con este nuevo contrato no sería, seguramente, necesario seguir utilizando de manera general estas subvenciones y bonificaciones a la contratación por lo que se podrían liberar ingentes cantidades de dinero público para dirigirlas a actividades más necesarias de cara al cambio de modelo productivo como puede ser la formación específica en la empresa y el aumento en la dotación de puestos de trabajo con más contenido técnico.

Y oigan, llevamos AÑOS de retraso. Porque las verdaderas reformas, esas que tanto necesitamos, todavía están pendientes. Por nuestro bien futuro como país, esperemos (parafraseando a Sinatra) que lo mejor esté aún por llegar. 

Con nuestras finanzas, somos mucho peores gestores de lo que nos creemos

A finales del año pasado (“Mente y dinero: algunas trampas psicológicas”), describí en mi blog de finanzas personales algunas de las jugarretas que nos juega la mente a la hora de adoptar decisiones financieras. Recomendábamos entonces la necesidad de ser conscientes de tales mecanismos mentales para reconocer cuando estamos cayendo en ellos. Pero ocurre que, una y otra vez, las personas tropezamos en las mismas piedras financieras. En este nuevo artículo hago un breve repaso a esos lugares comunes que todos solemos recorrer y que nos convierten en mucho peores gestores de lo que en principio nos creemos:

¿De verdad nos creemos tan buenos gestores? Pensémoslo dos veces…

La Pizarra de Bart: Banca Pública e Incentivos

Últimamente abundan las propuestas para la creación de una banca pública en España: ya se plantea abiertamente en las declaraciones programáticas de algunos nuevos gobiernos salidos de las elecciones, como Andalucía, Navarra y Comunidad Valenciana,  así como en los programas electorales de la gran mayoría de sectores de la izquierda. Agárrense la cartera.

Aparte de que no hay ni un solo caso de "banca pública" que se utilice como herramienta de "política económica sostenible", parece que nuestra memoria es muy frágil y ha olvidado el absoluto desastre de nuestras cajas de ahorros, intervenidas, dirigidas y mangoneadas desde lo público, partícipes esenciales en una crisis de la que todavía nos estamos recuperando. 

Simón González de la Riva resume las muy probables consecuencias de esta "nueva" ola haciendo copiar en la pizarra a Bart. Quedan avisados...

Hucha cerdito de la pensiones: estado de situación.

Con la retirada de 3.750 millones de euros que acaba de realizar el Gobierno, llevamos sacado de la hucha cerdito de las pensiones 37.701 millones. Además de algún dinero extra obtenido de otras fuentes...

Las pagas de verano e invierno suponen una necesidad adicional de recursos que el sistema todavía no es capaz de asumir. La nómina de los pensionistas sólo hace que crecer y hay que pagarla como sea: son ya 9.293.058 pensiones en junio, +1,1% respecto 2014, que suponen 8.237 millones de euros. Ahí es nada...

Según los cálculos efectuados por la Fundación Renacimiento Demográfico, en 2008 las cotizaciones de la Seguridad Social de los trabajadores en activo cubrían el 105% del gasto en pensiones. En 2014, sólo un 62%. Se estima que más del 50% del déficit actual del sistema es debido a la demografía. Si añadimos los factores económicos, la situación resulta cuando menos inquietante.

¿Podremos sostener esta situación más allá del medio plazo? ¿Serán el crecimiento económico y la reducción de la población capaces de demorar un nuevo e ineludible ajuste a la baja de las pensiones futuras? Tales cuestiones merecen una planificación estratégica mucho más decidida por parte los poderes públicos, pero este parece ser un tema que "nunca toca". Como escribí hace una semanas, supeditar lo importante a lo urgente, el atajo más seguro para llegar a ninguna parte. Y en esta cuestión, estamos más que avisados.

La trampa de Tsipras

Anoche, tras un largo debate el Parlamento griego, el primer ministro Tsipras consiguió el respaldo de la cámara para celebrar el próximo día 5 de julio un referéndum para aceptar o rechazar las propuestas que todavía se estaban negociando entre el país, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.  Horas antes, como consecuencia del anuncio de consulta, el Eurogrupo había dado por finalizadas las negociaciones,  poniendo a Grecia al borde del colapso. Un colapso que podría materializarse de manera inminente en caso de que el BCE no mantuviera el grifo de liquidez de emergencia a los bancos helenos (ELA), algo que por el momento no va a ocurrir. No obstante, estén muy atentos a los mercados este lunes...

Estos hechos son la culminación de meses de una negociación surrealista, muy acorde con la enorme carga ideológica y populista del gobierno salido de las últimas elecciones griegas, como bien describe Antonio Maqueda en Voz Populi. Declaraciones grandilocuentes de una cosa y su contraria, actuaciones sorpresa sin respaldo financiero, anuncios de avances inminentes seguidos de pasos atrás, acusaciones un día sí y otro también a mercados y acreedores, rechazo frontal y aceptación a regañadientes de la Troika, deficiencias estadísticas y presupuestación etérea, acercamiento a rusos y chinos,... todo ello salpicado de medidas incoherentes con un estado en situación de emergencia financiera: recontratación de funcionarios, reapertura de la televisión pública, subida de impuestos, creación de más subsidios, control de medios de comunicación, empresas y bancos, y liquidación de la reforma laboral. Nada, por cierto, que no estuviera en el programa con el que Syriza ganó las elecciones: una colección de promesas sin respaldo económico ni estructural, pero harto agradables al oído de una población muy castigada por la crisis. Siguiendo a Luis Garicano, cabe recordar que en estos pocos meses de irresponsabilidad, Grecia ha pasado de tener uno de los mayores crecimientos de la eurozona, con sus bancos incluso emitiendo deuda privada, a la inminente quiebra. Enhorabuena a los responsables.

Nada nuevo en el horizonte griego

Entenderán ustedes que, en estas condiciones, seguir apoyando con miles de millones de euros a un gobierno poco fiable, que insiste en la "reestructuración" (=impago) y que no no da garantía alguna de futuras devoluciones parece, cuando menos, insensato.  Porque, además, no olvidemos que el despropósito económico griego viene de muy largo...

Si nos remontamos a los años 70, antes de la entrada de Grecia en la Unión Europea, comprobamos también que el despilfarro ha sido norma en los sucesivos gobiernos helenos. ¿Va a ser esta vez diferente, con unos responsables políticos que abogan por más gasto sin asegurarse mayores ingresos?

Aquí un gráfico más reciente, gentileza de @_perpe_:

Esos malévolos acreedores...

Viendo estos gráficos, ¿puede alguien con dos dedos de sensatez afirmar que el problema griego deriva de la "austeridad" impuesta por la Troika, el FMI, los malvados mercados y el sursuncorda? Sobre este supuesto austericidio ya debatimos largo y tendido en las redes sociales semanas atrás. Otro mito del discurso populista de Syriza. Procede asimismo recordar la serie de tuits que Miquel Roig (imprescindible seguirlo) realizó sobre dicho mito: "¡No fue la Troika, estúpido! "

En este sentido, no lo olvidemos, Europa también tiene su cuota relevante de responsabilidad. En una excelente reflexión sobre el tema, Jesús Cacho apunta: 

Claro que la culpa no es solo de Tsipras y del Gobierno de Syriza. Esa culpa está también, y en gran medida, en quienes en la UE han permitido semejante estado de las cosas. En realidad, y si de apelar a la franqueza se tratara, habría que admitir que lo que estos días ocurre en Bruselas poco o nada tiene que ver con políticas económicas o fiscales, sino con la necesidad de salvar la cara de quienes permitieron a Grecia formar parte de la Eurozona, y de los burócratas de Bruselas que han seguido soltando la pasta durante años para mantener esa ficción. Grecia nunca debió entrar en el euro; para lograrlo maquilló sus cuentas públicas y engañó a todo hijo de vecino: ahora está pagando las consecuencias. Las pagamos todos.

Efectivamente: las pagamos y las pagaremos todos, como demuestra este cuadro de la exposición de España y resto de Europa al impago griego: 

A las cifras anteriores, debemos incluir también nuestra cuota de participación en el FMI (1,7%), que viene a suponer unos 700 millones de euros de exposición adicional. Ese es el precio de nuestra solidaridad con Grecia, y da lo mismo que se trate de préstamos directos o de garantías, como explica de manera cristalina Juan Ramón Rallo:

En los préstamos bilaterales, España emite deuda en los mercados financieros y el capital cosechado mediante esas emisiones de deuda es re-prestado a Grecia: si Grecia no nos lo devuelve, nosotros sí deberemos hacer frente a la deuda que hemos emitido en los mercados para concederle el crédito (a menos que queramos hacer default como Grecia).

En los créditos otorgados a Grecia por el EFSF, fue el EFSF el que emitió deuda en los mercados para financiar sus préstamos a Grecia, y España avaló esa deuda emitida por el EFSF (ya que el EFSF carece de recursos propios: sin avales, jamás podría haber emitido un solo euro): por tanto, si Grecia impaga sus créditos con el EFSF, seremos nosotros quienes tendremos que amortizar la deuda emitida por el EFSF en los mercados… al igual que lo haríamos si hubiésemos emitido directamente la deuda para prestarle a Grecia.

Dicho de otra manera: ¿qué diferencia hay entre que yo pida prestado a un banco para darle un crédito a Tsipras y que mi empresa sin recursos propios le pida prestado a un banco con mi aval personal para darle un crédito a Tsipras? Ninguna: en ambos casos, si Tsipras no paga me tocará pagar a mí.

¿Una estrategia premeditada?

A principios de año, apunté en mi timeline de Twitter que la estrategia de Syriza era la de conseguir un default controlado, trastocando a su favor las reglas internacionales de negociación de la deuda soberana. Se trataría de tensar la cuerda lo máximo posible para presentar a sus acreedores como los malos de la película, entes hostiles a la dignidad nacional griega y responsables de la penuria que seguiría al impago.

Tomar las riendas completas del poder y ejecutar la política que Tsipras y los suyos persiguen desde el minuto cero de su mandato implica crear, como en todo populismo, un enemigo externo al que cargar las culpas. Hecho el trabajo de desgaste durante semanas, con la consulta del próximo domingo se pretende  dar la puntilla y apuntalar el pretexto, presionando a los griegos y  a las instituciones europeas más allá de lo razonable. De hecho, Syriza ha tardado apenas dos telediarios en convocar una gran manifestación contra la austeridad para este lunes y, por supuesto, pidiendo el NO para el referéndum.

La trampa, en fin, está ya tendida. Como escribía hoy Alberto Artero, alias McCoy, "entre susto o muerte, Grecia ha decidido morir":

Tsipras y Syriza pensaban que al Eurogrupo se le podía ganar por agotamiento, por abandono del rival. Y se han encontrado con la sorpresa de que no es así.

En este sentido, el desarrollo de los acontecimientos sigue punto por punto el caso argentino durante la crisis del los "holdouts". Al acceder al gobierno, Tsipras pronunció un discurso muy similar al de Néstor Kirchner en 2005: "Pagaremos todo lo que debemos al FMI y BCE. Y llegaremos a un acuerdo con la UE". Sabemos bien lo que pasó entonces en Argentina y puede pasar ahora en Grecia: impago, corralito, devaluación y todo lo demás. Hablamos de una posible salida del euro por la vía del tocomocho al resto de ciudadanos europeos.  

¿Y ahora qué?

Si recuerdan mis escenarios sobre Grecia del pasado mes de frebrero, siempre he mantenido la opción de la ruptura de negociaciones, default y salida del euro como posibilidad cierta, con una probabilidad que oscilaba del 35% (escenario favorable) al 50% (desfavorable), lo que me granjeó no pocas críticas por cenizo y desconfiado. Visto lo visto, creo que tales escenarios no iban desencaminados y que nos aproximamos al cariz más negativo a marchas forzadas. 

Lo que traería ese default con salida del euro tiene dos posibles ejemplos recientes: el malo o el peor. Argentina o Venezuela, ambos sobradamente conocidos. En el primer caso, no sería descabellado, tras la imposición del control de capitales, contemplar una "dracmatización" de los depósitos de los ciudadanos griegos, como ya ocurrió en país andino con la "pesificación". Esos ciudadanos serían, con toda probabilidad, los más desfavorecidos, aquellos que no pudieron poner sus euros a buen recaudo fuera del país. En ese escenario, se plantearía la creación de una cuasi moneda de emergencia como los famosos "patacones", único recurso financiero para los pobres a quienes Syriza dice proteger. Pobres que, por otra parte, acabarían multiplicándose. 

Tsipras trata ahora de tranquilizar a funcionarios y pensionistas, garantizando el pago de sus nóminas, pero en una situación como la descrita no las podrían sacar del banco, o sólo podrían hacerlo en cantidades muy limitadas. Literalmente, no habría dinero para todos. De ahí a nacionalizar los fondos de pensiones privados para hacer frente a los gastos del país hay un paso.Y no es economía ficción

De un supuesto devenir venezolano para Grecia, mejor ni hablamos. ¿Sería factible algo así en nuestras latitudes? Es poco probable, pero cosas veredes en este viejo continente...

Las implicaciones geopolíticas y geoconómicas para Europa de la salida griega el euro resultan, todavía, muy inciertas, y dependerán de los pasos que adopte una Unión Europea morosa, indecisa y fiscalmente limitada. Pese a las grandes turbulencias que sin duda produciría el default heleno, permitir un Grexit controlado mientras que a su vez se avanza decididamente hacia la integración fiscal, podría acabar reforzando la Eurozona. El mensaje  al resto de países sería cristalino: no hay otro camino que el de la responsabilidad presupuestaria. Solidaridad, toda la que haga falta (¿cuánto se ha gastado Europa en sostener a Grecia, señor Varoufakis?); regalos a fondo perdido, ninguno.  Es el momento de las decisiones. Nos jugamos mucho, todos, no solo los griegos.

En cuanto a Grecia, todavía no es tarde para rectificar. Pese a la brutal campaña anti-acuerdo que se desplegará en estos días (con el entusiasta apoyo patrio de Podemos y afines), puede que los ciudadanos griegos, colocados irresponsablemente por sus dirigentes entre la espada y la pared, decidan no comprar el Unicornio que Syriza y sus socios les presentan y asumir, de una vez por todas, que el país debe cambiar y reconvertirse en una nación europea del siglo XXI, cueste lo que cueste, mano a mano, con sus vecinos europeos. El golpe para Syriza de un resultado así sería aleccionador para los populismos europeos emergentes. 

Alea jacta est.

Panorama energético mundial y el mito de las renovables

Estamos siendo testigos de un cambio de guardia real en cuanto a los productores de energía globales

Estados Unidos ya ha superado a Rusia como mayor productor mundial de gas y petróleo, según confirma la Statistical Review of World Energy 2015. El magnífico informe de BP Global nos desvela además, con datos abrumadores, un hecho irrefutable: queda un mundo para que las renovables lideren el consumo energético global.  

Leer el hilo de tuits completo sobre el tema en Storify

Decálogo de economía y vida para jóvenes que empiezan

Nueva entrada en mi blog sobre finanzas personales de Domestica Tu Economía. Uno no puede salir al mundo y prosperar con una mochila repleta de piedras financieras desde el kilómetro cero. Por ello es conveniente dejar de hacer tonterías cuanto antes.

Artículo:  Juventud, divino tesoro… No la desperdicies