Hucha cerdito de la pensiones: estado de situación.

Con la retirada de 3.750 millones de euros que acaba de realizar el Gobierno, llevamos sacado de la hucha cerdito de las pensiones 37.701 millones. Además de algún dinero extra obtenido de otras fuentes...

Las pagas de verano e invierno suponen una necesidad adicional de recursos que el sistema todavía no es capaz de asumir. La nómina de los pensionistas sólo hace que crecer y hay que pagarla como sea: son ya 9.293.058 pensiones en junio, +1,1% respecto 2014, que suponen 8.237 millones de euros. Ahí es nada...

Según los cálculos efectuados por la Fundación Renacimiento Demográfico, en 2008 las cotizaciones de la Seguridad Social de los trabajadores en activo cubrían el 105% del gasto en pensiones. En 2014, sólo un 62%. Se estima que más del 50% del déficit actual del sistema es debido a la demografía. Si añadimos los factores económicos, la situación resulta cuando menos inquietante.

¿Podremos sostener esta situación más allá del medio plazo? ¿Serán el crecimiento económico y la reducción de la población capaces de demorar un nuevo e ineludible ajuste a la baja de las pensiones futuras? Tales cuestiones merecen una planificación estratégica mucho más decidida por parte los poderes públicos, pero este parece ser un tema que "nunca toca". Como escribí hace una semanas, supeditar lo importante a lo urgente, el atajo más seguro para llegar a ninguna parte. Y en esta cuestión, estamos más que avisados.

El mito de los bonos ligados al crecimiento, revisado en diez tuits

Reflexiones a vuelatuit sobre la propuesta de Syriza (y Podemos) relativa a la posibilidad de emitir bonos ligados al crecimiento (además de convertir la deuda en perpetua), una cuestión sobre la que hay muy poca divulgación en los medios económicos:

El tema merece un artículo de fondo, algo que estoy considerando para Sintetia.  A este respecto, Pepe Fdez-Albertos me ha proporcionado un enlace a un interesante "paper" sobre el tema (de pago), que data de 2004 y que leeré con sumo interés. 

En relación con la fiabilidad contable de algunos países en lo que se refiere a la publicación de ciertas cifras macroeconómicas clave, viene a cuento mencionar dos artículos publicados hace unos meses:

Estaré encantado de leer sus aportaciones al respecto. 

Reflexiones de viernes tarde: España, datos positivos y datos preocupantes; Europa, manguerazos de liquidez

Frente a la tentación del triunfalismo, sensatez y objetividad. O al menos, luchar por ejercerlas pese a nuestras limitaciones intelectuales y de carácter. Lo sé: cuesta. Y sí: dudar no solo es normal, sino absolutamente necesario.

DATOS POSITIVOS

Los resultados de la EPA del cuarto trimestre de 2014 son francamente positivos, pero hay que ponerlos en perspectiva con los datos de empleo anteriores a la crisis. Todavía nos queda un largo camino que recorrer, en muchos aspectos:

En este sentido, les recomiendo leer post publicado en el blog de Manuel A. Hidalgo Pérez: "¿Qué explica la variación del desempleo español durante la Gran Recesión y recuperación?". Una entrada bien elaborada y muy didáctica, en la que describe de forma cristalina los componentes de las cifras de desempleo (Desempleados=Pob16-Ocupados-Desanimados-RestoNoActivos), y los elementos básicos que configuran su tasa de variación U:

Siendo A la población activa y O el número de ocupados. La tasa de crecimiento del desempleo aumenta (disminuye) porque aumenta (disminuye) la tasa de crecimiento de la población activa o bien porque cae (aumenta) la tasa de crecimiento de los ocupados.

Todo ello queda representado en este significativo gráfico, que nos confirma que la disminución del desempleo al final de 2014 ha estado impulsada mayoritariamente por el aumento en el número de ocupados, y no por la disminución de la población activa (como ocurrió en meses anteriores).  

Un apunte relevante: el crecimiento observado de la población activa hará cada vez más difícil reducir la tasa de paro (23,7%) si no se aplican reformas adicionales en la economía. Lo veremos en los próximos meses.

Finalmente, para completar este panorama laboral, también merece la pena revisar la siguiente tabla compartida por @combarro, otro activo, valioso pero muy discreto divulgador de mi timeline. En él se muestra la variación del empleo por sectores y Comunidades Autónomas desde 1995:

DATOS PREOCUPANTES

Señoras y señores: estamos endeudados hasta las cejas. La deuda del conjunto de la economía española supera ya el 315% del PIB:

El endeudamiento del conjunto de la economía ha crecido en 8,4 puntos con respecto a 2013. Hogares y empresas se han desapalancado (lo que han podido) a un altísimo coste en capacidad de consumo e inversión. Por otro lado, las AAPP han pasado de tener una deuda total del 39,4% en 2008 al 133,5% en 2014 (deuda PDE y no PDE, todas las AAPP y empresas públicas). Y sigue subiendo, aunque a un ritmo algo menor.

¿Quién financia este endeudamiento? Sólo con ver nuestra deuda exterior neta lo sabemos: ya ha superado el billón de euros (datos del tercer trimestre de 2014), esto es, el 95,1% del PIB, 2,5 puntos porcentuales más que en 2013. ¿Volvemos a viejos patrones de crecimiento?. SI es así, mal asunto...

MANGUERAZOS DE LIQUIDEZ

"¡Hágase el QE!

"¡Hágase el QE!

Las nuevas "medidas no convencionales" (me parto) de Draghi constituyen un recurso de emergencia que pretende dar un respiro a las economías europeas, pero no dejan de ser, a mi entender, una patada hacia adelante, como bien apuntaba hoy Juan Ramón Rallo

Cuando se rechaza lo correcto, sólo queda intentar lo incorrecto. Tal parece ser el lema del Banco Central Europeo.
(...)
Proporcionar todavía más liquidez a la banca no solventa los problemas de base que impiden que “fluya el crédito”.
(...)
El BCE busca sustituir oportunidades de inversión y ahorro propio por mayor riesgo y endeudamiento.
(...)
El chute monetario del BCE contribuye a aplazar de manera indefinida cualquier reforma profunda en el esclerotizado modelo europeo.

No me malinterpreten. Ojalá la jugada monetaria salga bien, lo deseo fervientemente, pero para que ello sea así deberían ocurrir dos cosas:

  1. Que se traslade a empresas y hogares (vía reducción de costes de financiación y mejor competitividad por un euro bajo), cuestión harto dudosa.
  2. Que no detenga las reformas, algo todavía mucho más incierto.

Además, tales medidas animarán a abrir el grifo del gasto público (sin haber atacado las actuales ineficiencias) y a crecer, de nuevo, vía endeudamiento, beneficiando a los de siempre: gobiernos y bancos. Y vuelta a empezar.

Esta entrada en Gurusblog y el siguiente gráfico lo explican muy bien: 

En la misma línea, un personaje muy autorizado ha dicho hoy en Davos:

Damit wird die EZB viele Vermögende noch viel reicher machen (Parece que el BCE hará más ricos a muchos ricos)
— George Soros

Para que se hagan una idea de las cantidades en juego, aquí les muestro el desglose de una posible compra máxima de deuda pública, basado en el anuncio de Draghi y el "capital key" de cada país en el BCE. Tremendo.

Reflexionando sobre el "lobbysmo castizo"

El pasado año publiqué en Sintetia una serie de entradas sobre los lobbies en USA que tuvieron muy buena acogida y generaron no poco debate e intercambio de ideas (primera partesegunda parte y conclusión). Recogiendo el guante que aquella vez lanzó mi querida y brillante compañera pensadora Lilian Fernández, nos decidimos a escribir un artículo a cuatro manos dedicado a las particularidades de nuestro lobbysmo patrio, que Lilian acertó a definir muy bien como "lobbysmo castizo".

Enlace al artículo completo:

Grandes "recortes" y muchísimos pequeños despilfarros

Una de las falacias conceptuales más clamorosas del debate económico actual consiste en repetir hasta la saciedad que la austeridad implica necesariamente recortes en servicios públicos esenciales, olvidando que todas las playas se han ido formando grano a grano. El agujero de las cuentas públicas y el imparable crecimiento de la deuda, también: el despilfarro se acumula en organismos inútiles, inanidades funcionales y dispendios innecesarios, que repetidos y multiplicados por horas, días y españoles acaban formando una enorme e incontrolable bola.

Siempre que tengo ocasión recomiendo una joya del sentido común empresarial, el "Manual Contra el Despilfarro" que Rafael del Pino, fundador de Ferrovial, publicó en julio de 1962 y en el que enseñaba a sus directivos como luchar contra “ese dragón de siete cabezas que se infiltra por todas partes (…), ese devorador de las empresas”. Devorador de empresas y de estados, añadiría yo.

Hay una idea fundamental que subyace en ese magnífico documento, y Del Pino la expresa muy bien: “no hay despilfarro pequeño, pues una misma forma se repite muchas veces y tiende siempre a aumentar, por lo que pronto adquiere caracteres de importancia”.

Tal razonamiento es válido para todos los órdenes de la vida económica, pública o privada. Coincido con el autor en que la lucha contra el despilfarro no se compone sólo de recetas adhoc, sino que se trata más de un "estado de ánimo", esto es, de una disposición ética hacia la sensatez y la austeridad, entendida esta (DRAE) como cualidad de austero: "sobrio, morigerado, sencillo, sin ninguna clase de alardes". Algo que casa muy mal con la naturaleza artificiosa del discurso político dominante, proclive al exceso y a solucionar los problemas tirando de chequera ciudadana.

Alguna de las recomendaciones del manual son perfectamente aplicables a la gestión de los recursos públicos. Hagamos un breve repaso a las mismas:

1) Cuando cualquiera de las administraciones decida prestar un servicio público, sus responsables deberían tener en cuenta:

  • Que no se esté prestando ya por otra administración. - Que el servicio corresponde exactamente a la necesidad que pretende cubrirse y no a intereses propios o ajenos.
  • Que la relación calidad/precio del servicio a prestar sea la adecuada, y que además se garantice su financiación en el tiempo.
  • Que la entidad que vaya a prestar el servicio esté correctamente dimensionada en infraestructura, medios materiales y personal. Un exceso de tamaño consume recursos financieros innecesarios que podrían emplearse en otros menesteres.

2) Los bienes públicos, obtenidos a través de impuestos, constituyen un verdadero tesoro para nuestra sociedad. Como escribe del Pino: "esto ya es una definición completa, y todo un programa". Los cargos políticos y los funcionarios deberían tenerlo en cuenta a la hora de manejarlos, y obrar como un cajero cuidadoso con aquellos caudales que no son suyos. Pero también los ciudadanos deben utilizar los bienes y servicios públicos de forma cívica y responsable. Es una cuestión de derechos, pero también de deberes.

3) Los servicios inútiles, accesorios o duplicados deben eliminarse de inmediato. Cuestan dinero, tiempo y esfuerzo, y no rinden utilidad alguna al ciudadano.

4) Cuando una administración contrata, debe elegir siempre el medio más económico. "Y como tal no se entienda siempre el más barato, sino aquel que resulta más adecuado a las circunstancias del caso".

5) Además de utilidad, la productividad de los medios públicos y de los funcionarios resulta asimismo un factor clave. Si tenemos recursos materiales y humanos ociosos estaremos despilfarrando salarios, intereses del capital público invertido y amortizaciones fijas. Cuanto mayor sea la productividad de dichos recursos menor será el coste de los servicios prestados. Esto es válido para todo tipo de prestación: educación, sanidad, defensa, seguridad, etc. Por ello, los responsables públicos deben velar por tener sus administraciones "bien engrasadas", vigilar constantemente su rendimiento y estudiar sus ineficiencias.

La realidad es que durante décadas nos hemos contentado con un manejo rutinario y burocrático de nuestros recursos, que ha coartado cualquier posibilidad de mejora. Si todas las administraciones públicas trabajaran intensamente en los cinco aspectos que acabamos de enunciar, otro gallo económico nos cantaría ahora.

Citando de nuevo a Don Rafael, disponer de una organización modélica es la mejor arma contra el despilfarro:

"Con un personal celoso y competente, la negligencia es rara y ocasional y por ello no ha de generar mucho despilfarro. Pero si la organización es deficiente; aún no habiendo negligencia se producirá despilfarro, que las más de las veces pasará inadvertido. Una buena organización es la mejor arma para el despilfarro, pues no dejará rincones oscuros donde pueda aquel disimularse. Inversamente, una buena organización hace casi imposible la existencia de negligencias, ya que éstas son pronto puestas de manifiesto y a la luz del día".

Y yo me pregunto (y seguro que ustedes también): ¿a qué siglo estamos esperando?

La Pizarra de Bart: Barreras

De nuevo, una oportuna sentencia de mi querido Simón González de la Riva con motivo de la lectura de "El próximo 'exit tax' o cómo crear incentivos perversos", crítica desde el mundo de los emprendedores a la modificación en el impuesto sobre la renta que entra en vigor en 2015, donde un supuesto tributo para gravar a los que crean riqueza y se van, puede acabar haciendo que nadie realmente con talento para emprender se quede. El artículo ha sido escrito a tres bandas por Martín Varsavsky, Iñaki Arrola y Javier García.

A golpe de Boletín Oficial del Estado no se crean empresas; las empresas las forman las personas, que tienen talento, energía, incentivos y que quieren verlos materializados.

Economía-Ficción: la Financiación Autonómica de Super Mario Bros

Consideremos un país minúsculo y ficticio, que podemos llamar Microlandia.

Un país de 100 habitantes organizado en 5 Micromunidades Autónomas. La mayor de ellas, A, aglutina el 30% de la población y tiene un nivel medio de desarrollo, razón por la cual el Estado Microlandiano le otorga una financiación de 120.000 unidades monetarias (m€, microeuros) del monto total disponible de 500.000, obtenido de los impuestos, cotizaciones y tasas a toda la población.

La Comunidad E es la menos poblada (con 10 microlandianos) y también la menos desarrollada. Recibe por ello la mayor parte del esfuerzo inversor del Estado: 125.000 m€. La Comunidad más rica y la segunda más habitada, B, percibe una importante cantidad estatal, 100.000 m€, pero no está satisfecha: su financiación per cápita está por debajo de la media. Veamos el cuadro resumen de financiación:

Com. Pobl. Rank Aport. a la renta nacional Financ. pública recibida Financ. per cápita
A 30 3 120.000 4.000
B 25 1 100.000 4.000
C 20 2 80.000 4.000
D 15 4 75.000 5.000
E 10 5 125.000 12.500

Con la dfistribución actual, la financiación media per cápita del país (= 500.000 m€ / 100 hab.) se sitúa en 5.000 m€.

Ante las protestas reiteradas del Micropresidente de la Comunidad B ("Microlandia nos roba"), el Microministro de Hacienda del país promete "que la financiación de la Comunidad B no quedará por debajo de la media". Es más, decide otorgar a B precisamente la cantidad media per cápita de 5.000 m€ para satisfacer sus demandas. Pero hete aquí lo que ocurre entonces con el cuadro financiero:

Com. Pobl. Financ. per cápita Financ. pública recibida
A 30 4.000 120.000
B 25 5.000 125.500
C 20 4.000 80.000
D 15 5.000 75.000
E 10 12.500 125.000

Resulta que el esfuerzo inversor del Estado Microlandiano en la Comunidad B tiene efectos no deseados. El gasto público aumenta en total 25.000 m€, algo inadmisible para el Microrresponsable de Economía, que está dispuesto a gastar pero no tanto, puesto que el objetivo de déficit microlandiano peligra.

Además, la financiación media per cápita del Estado se ha incrementado hasta 5.250 m€, lo que deja a las Comunidades A, C y D en en peor situación que antes con respecto a dicho valor medio. Y B sigue por debajo: ¡Inadmisible!.

Tras duras negociaciones, dimes y diretes, amenazas y promesas, el Consejo de Microministros modifica el modelo de financiación, que queda como sigue:

Com. Pobl. Financ. per cápita Financ. pública recibida
A 30 4.300 129.000
B 25 5.000 125.000
C 20 4.400 88.000
D 15 4.500 67.500
E 10 9.050 90.500

Como ustedes podrán fácilmente comprobar, el gasto público se ha mantenido estable (500.000 m€), la financiación media per cápita queda de nuevo en 5.000 m€, cifra que ¡por fin! logra alcanzar la Comunidad B. Ésta ve así colmadas sus "reivindicaciones históricas". Pero entretanto, la redistribución solidaria de rentas entre Microcomunidades ha pasado a mejor vida.

Las matemáticas no engañan: con este sistema, en este país ficticio, para que unos perciban más (ya sean los más ricos o los más desfavorecidos) otros tienen que perder. ¿Quiénes son entonces son los verdaderos paganos de Microlandia?

¿Lo tienen ustedes claro? Les felicito si es así.

Moraleja: o esto lo arreglan entre todos los Microlandianos o no habrá areglo posible.


Disclaimer

El Kit Maybelline de los gobiernos manirrotos

El pasado 21 de noviembre publiqué en Sintetia la primera parte de un nuevo artículo, a propósito de la lectura de un magnífico documento de trabajo del FMI elaborado por  Timothy C. Irwin, sobre lo que el autor denomina “accounting devices”: artificios contables destinados a reducir el déficit oficial del año en curso incrementando el déficit futuro, aplicables también a los datos de deuda.

La entrada incluía una sencilla tabla con la taxonomía de tales estratagemas, organizadas según los efectos a conseguir en el ejercicio corriente y las consecuencias derivadas de su aplicación en ejercicios futuros:

Pueden acceder al artículo completo en el siguiente enlace:

Física político-administrativa: el Momento Burocrático de Inercia

Nota: entrada del 04/02/2012 recuperada y actualizada de mi antiguo y desaparecido blog.

Los que me leen habitualmente saben que siempre insisto en referirme a la enorme dificultad, rayana en la imposibilidad, que vamos a encontrar para salir de esta crisis sistémica utilizando los mecanismos del propio sistema.

Recurrir a los mismos trucos de siempre, renombrándolos u ordenándolos en secuencias distintas, sólo conseguirá retrasar el crudo momento de la verdad. En el ámbito público, tal afirmación resulta casi irrefutable. El aparato burocrático español tiene hechuras de mastodonte y resulta un compendio de derroche e ineficiencia. Vivimos en un sistema basado en la superposición de administraciones manirrotas que solapan servicios públicos, subvenciones y otros inventos, justificando su existencia en la legitimidad de un modelo de estado que no fue pensado para tamaño dispendio.

Podemos asemejar nuestra Administración a un gigantesco objeto que gira sobre sí mismo, dando vueltas y más vueltas alrededor de paradigmas que deberían estar ya superados. En este punto surge el concepto físico de momento de inercia.

El momento de inercia es similar a la inercia, excepto en que se aplica a la rotación en vez de al movimiento lineal, y además depende de la distribución de la masa en el objeto. Cuanto más lejos está la masa del centro de rotación, mayor es el momento de inercia.

Matemáticamente se expresa como:

I = \sum m_ir_i^2 \,

Imaginen una mole siempre creciente (la Administración) desarrollando su perpetuo movimiento circular burocrático alrededor de un eje ciudadano cada vez más alejado de ella.

La resistencia que presenta dicha mole a ser desacelerada o detenida en rotación resulta inconmensurable, debido a su momento de inercia. A ella se incorporan generaciones sucesivas de políticos y burócratas sin afectar apenas su movimiento. Y así transcurren las décadas...

La única forma de reducir ese Momento de Inercia Burocrático es mediante la reducción drástica de la masa administrativa y su acercamiento decidido al ciudadano.

Iniciativas ambas sobre las que guardo un pertinaz (y sano) escepticismo.

Sobre deuda, déficit, mentiras y estadísticas varias

Descubro gracias al siempre inquieto Simón González de la Riva un excelente (a la par que inquietante) "paper" de Luis Espinosa Goded, titulado "El Soprendente Caso de la Medición de la Deuda Griega. Crímenes, Mentiras y Estadísticas".

En el trabajo, partiendo del ejemplo de la crisis de Grecia y de documentos de la Unión Europea, se cuestiona la posibilidad de medir la deuda de los países y las dificultades que una medición tan compleja presenta, así como de armonizar tales mediciones entre unos estados que emplean metodologías diversas. El autor pone asimismo en tela de juicio la capacidad de Eurostat para ejercer como supervisor eficaz de los datos proporcionados por los países miembros.

Concluye que datos como la deuda pública (o el déficit) no se pueden medir ni calcular con precisión, tan sólo "estimar" con un amplio margen de error y una limitada capacidad de supervisión por los organismos supranacionales. 

En el caso del déficit, Luis Espinosa apunta:

Las estadísticas las elaboran los estados miembros y las remiten a Eurostat, quien las publica conjuntamente ‘haciéndolas suyas’. Al ser los Institutos de Estadística organismos de los estados, y al tener las estadísticas presentadas tan importantes consecuencias económicas y políticas, los incentivos en juego para la presentación de datos ‘mejorados’ son altos. Así se reconoce en una Staff Discussion Note del Fondo Monetario Internacional, ’Accounting devices and fiscal illusions’, en el que se advierte de que:

’A government seeking to reduce its deficit can be tempted to replace genuine spending cuts or tax increases with accounting devices that give the illusion of change without its substance, or that make the change appear larger than it actually is. Under ideal accounting standards, this would not be possible, but in real accounting it sometimes is’.

En la nota se analizan hasta cinco maneras de hacer “desaparecer” parte del déficit:

1) Hidden Borrowing
2) Disinvestment
3) Deferred Spending
4) Foregone Investment
5) Disappearing Government.

Pueden consultar el documento (muy recomendable también) al que hace referencia el autor en este enlace. Muchos de los subterfugios que en él se describen les serán muy familiares; yo suelo denominarlos familiarmente el Kit Maybelline de no pocos gobiernos.

El caso de las cifras del déficit griego resulta paradigmático:

Termina el "paper" con una cita memorable del Estadístico Jefe de la Unión Europea, señor Redermacher:

The truth is not my business. I am a statistician. I don’t like words like ‘correct’ and ‘truth.’ Statistics is about measuring against convention.

Ahí queda eso. Para analizar y pensar. Mucho.