Argumentar con lógica y propiedad

Ayer se publicó mi nuevo artículo en Sintetia, que trata sobre los subterfugios que utilizamos continuamente en el debate económico actual, y que ha generado interesantes intercambios de pareceres en la red:  

La entrada analiza el terreno minado de la falacia discursiva, ese cotidiano cúmulo de argumentos torticeros y simplones que tanto abunda en el debate económico. Es una reflexión que surge, además, gracias al estudio del tema por parte de mi hija Itziar en la clase de Lengua Inglesa Avanzada de su High School.

Como magnífico complemento, uno de los lectores compartió el enlace a un breve pero brillante libro sobre el tema, que puede ser visualizado o bien descargado, y al que pertenece la imagen que encabeza este post:

El primer principio es que no debes engañarte a ti mismo, y tú eres la persona más fácil de engañar.
— Richard P. Feynman