Gráfico de la Semana: Las Naciones Unidas de la #Deuda

Sin duda el gráfico que más repercusión ha tenido esta semana en mi timeline es el que pueden ver ustedes a continuación, compartido por Ignacio Brime y publicado en un post de Visual Capitalist

Este espectacular mapa refleja la distribución relativa de los casi 60 billones (sí, con b) de deuda global por países. A su vez, los colores indican el porcentaje de dicha deuda respecto al PIB de cada país. Los datos con los que se ha elaborado la infografía son del FMI.  

Sobre el imparable endeudamiento global ya reflexionamos en este blog en ¿Desapalancamiento global? ¿Estamos de broma? y en Un mundo de deudores y acreedores...  También le tocó el turno a la deuda española en Let's Debt & Roll!. Se trata de un tema recurrente por crucial y porque constituye una verdadera espada de Damocles sistémica, cada día más grande y afilada. Entretanto, los mercados de deuda ya no dan más de sí... ¿o todavía podemos retorcerlos más?

Agárrense los cinturones... Mejor dicho, los bolsillos. 

La trampa de Tsipras

Anoche, tras un largo debate el Parlamento griego, el primer ministro Tsipras consiguió el respaldo de la cámara para celebrar el próximo día 5 de julio un referéndum para aceptar o rechazar las propuestas que todavía se estaban negociando entre el país, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.  Horas antes, como consecuencia del anuncio de consulta, el Eurogrupo había dado por finalizadas las negociaciones,  poniendo a Grecia al borde del colapso. Un colapso que podría materializarse de manera inminente en caso de que el BCE no mantuviera el grifo de liquidez de emergencia a los bancos helenos (ELA), algo que por el momento no va a ocurrir. No obstante, estén muy atentos a los mercados este lunes...

Estos hechos son la culminación de meses de una negociación surrealista, muy acorde con la enorme carga ideológica y populista del gobierno salido de las últimas elecciones griegas, como bien describe Antonio Maqueda en Voz Populi. Declaraciones grandilocuentes de una cosa y su contraria, actuaciones sorpresa sin respaldo financiero, anuncios de avances inminentes seguidos de pasos atrás, acusaciones un día sí y otro también a mercados y acreedores, rechazo frontal y aceptación a regañadientes de la Troika, deficiencias estadísticas y presupuestación etérea, acercamiento a rusos y chinos,... todo ello salpicado de medidas incoherentes con un estado en situación de emergencia financiera: recontratación de funcionarios, reapertura de la televisión pública, subida de impuestos, creación de más subsidios, control de medios de comunicación, empresas y bancos, y liquidación de la reforma laboral. Nada, por cierto, que no estuviera en el programa con el que Syriza ganó las elecciones: una colección de promesas sin respaldo económico ni estructural, pero harto agradables al oído de una población muy castigada por la crisis. Siguiendo a Luis Garicano, cabe recordar que en estos pocos meses de irresponsabilidad, Grecia ha pasado de tener uno de los mayores crecimientos de la eurozona, con sus bancos incluso emitiendo deuda privada, a la inminente quiebra. Enhorabuena a los responsables.

Nada nuevo en el horizonte griego

Entenderán ustedes que, en estas condiciones, seguir apoyando con miles de millones de euros a un gobierno poco fiable, que insiste en la "reestructuración" (=impago) y que no no da garantía alguna de futuras devoluciones parece, cuando menos, insensato.  Porque, además, no olvidemos que el despropósito económico griego viene de muy largo...

Si nos remontamos a los años 70, antes de la entrada de Grecia en la Unión Europea, comprobamos también que el despilfarro ha sido norma en los sucesivos gobiernos helenos. ¿Va a ser esta vez diferente, con unos responsables políticos que abogan por más gasto sin asegurarse mayores ingresos?

Aquí un gráfico más reciente, gentileza de @_perpe_:

Esos malévolos acreedores...

Viendo estos gráficos, ¿puede alguien con dos dedos de sensatez afirmar que el problema griego deriva de la "austeridad" impuesta por la Troika, el FMI, los malvados mercados y el sursuncorda? Sobre este supuesto austericidio ya debatimos largo y tendido en las redes sociales semanas atrás. Otro mito del discurso populista de Syriza. Procede asimismo recordar la serie de tuits que Miquel Roig (imprescindible seguirlo) realizó sobre dicho mito: "¡No fue la Troika, estúpido! "

En este sentido, no lo olvidemos, Europa también tiene su cuota relevante de responsabilidad. En una excelente reflexión sobre el tema, Jesús Cacho apunta: 

Claro que la culpa no es solo de Tsipras y del Gobierno de Syriza. Esa culpa está también, y en gran medida, en quienes en la UE han permitido semejante estado de las cosas. En realidad, y si de apelar a la franqueza se tratara, habría que admitir que lo que estos días ocurre en Bruselas poco o nada tiene que ver con políticas económicas o fiscales, sino con la necesidad de salvar la cara de quienes permitieron a Grecia formar parte de la Eurozona, y de los burócratas de Bruselas que han seguido soltando la pasta durante años para mantener esa ficción. Grecia nunca debió entrar en el euro; para lograrlo maquilló sus cuentas públicas y engañó a todo hijo de vecino: ahora está pagando las consecuencias. Las pagamos todos.

Efectivamente: las pagamos y las pagaremos todos, como demuestra este cuadro de la exposición de España y resto de Europa al impago griego: 

A las cifras anteriores, debemos incluir también nuestra cuota de participación en el FMI (1,7%), que viene a suponer unos 700 millones de euros de exposición adicional. Ese es el precio de nuestra solidaridad con Grecia, y da lo mismo que se trate de préstamos directos o de garantías, como explica de manera cristalina Juan Ramón Rallo:

En los préstamos bilaterales, España emite deuda en los mercados financieros y el capital cosechado mediante esas emisiones de deuda es re-prestado a Grecia: si Grecia no nos lo devuelve, nosotros sí deberemos hacer frente a la deuda que hemos emitido en los mercados para concederle el crédito (a menos que queramos hacer default como Grecia).

En los créditos otorgados a Grecia por el EFSF, fue el EFSF el que emitió deuda en los mercados para financiar sus préstamos a Grecia, y España avaló esa deuda emitida por el EFSF (ya que el EFSF carece de recursos propios: sin avales, jamás podría haber emitido un solo euro): por tanto, si Grecia impaga sus créditos con el EFSF, seremos nosotros quienes tendremos que amortizar la deuda emitida por el EFSF en los mercados… al igual que lo haríamos si hubiésemos emitido directamente la deuda para prestarle a Grecia.

Dicho de otra manera: ¿qué diferencia hay entre que yo pida prestado a un banco para darle un crédito a Tsipras y que mi empresa sin recursos propios le pida prestado a un banco con mi aval personal para darle un crédito a Tsipras? Ninguna: en ambos casos, si Tsipras no paga me tocará pagar a mí.

¿Una estrategia premeditada?

A principios de año, apunté en mi timeline de Twitter que la estrategia de Syriza era la de conseguir un default controlado, trastocando a su favor las reglas internacionales de negociación de la deuda soberana. Se trataría de tensar la cuerda lo máximo posible para presentar a sus acreedores como los malos de la película, entes hostiles a la dignidad nacional griega y responsables de la penuria que seguiría al impago.

Tomar las riendas completas del poder y ejecutar la política que Tsipras y los suyos persiguen desde el minuto cero de su mandato implica crear, como en todo populismo, un enemigo externo al que cargar las culpas. Hecho el trabajo de desgaste durante semanas, con la consulta del próximo domingo se pretende  dar la puntilla y apuntalar el pretexto, presionando a los griegos y  a las instituciones europeas más allá de lo razonable. De hecho, Syriza ha tardado apenas dos telediarios en convocar una gran manifestación contra la austeridad para este lunes y, por supuesto, pidiendo el NO para el referéndum.

La trampa, en fin, está ya tendida. Como escribía hoy Alberto Artero, alias McCoy, "entre susto o muerte, Grecia ha decidido morir":

Tsipras y Syriza pensaban que al Eurogrupo se le podía ganar por agotamiento, por abandono del rival. Y se han encontrado con la sorpresa de que no es así.

En este sentido, el desarrollo de los acontecimientos sigue punto por punto el caso argentino durante la crisis del los "holdouts". Al acceder al gobierno, Tsipras pronunció un discurso muy similar al de Néstor Kirchner en 2005: "Pagaremos todo lo que debemos al FMI y BCE. Y llegaremos a un acuerdo con la UE". Sabemos bien lo que pasó entonces en Argentina y puede pasar ahora en Grecia: impago, corralito, devaluación y todo lo demás. Hablamos de una posible salida del euro por la vía del tocomocho al resto de ciudadanos europeos.  

¿Y ahora qué?

Si recuerdan mis escenarios sobre Grecia del pasado mes de frebrero, siempre he mantenido la opción de la ruptura de negociaciones, default y salida del euro como posibilidad cierta, con una probabilidad que oscilaba del 35% (escenario favorable) al 50% (desfavorable), lo que me granjeó no pocas críticas por cenizo y desconfiado. Visto lo visto, creo que tales escenarios no iban desencaminados y que nos aproximamos al cariz más negativo a marchas forzadas. 

Lo que traería ese default con salida del euro tiene dos posibles ejemplos recientes: el malo o el peor. Argentina o Venezuela, ambos sobradamente conocidos. En el primer caso, no sería descabellado, tras la imposición del control de capitales, contemplar una "dracmatización" de los depósitos de los ciudadanos griegos, como ya ocurrió en país andino con la "pesificación". Esos ciudadanos serían, con toda probabilidad, los más desfavorecidos, aquellos que no pudieron poner sus euros a buen recaudo fuera del país. En ese escenario, se plantearía la creación de una cuasi moneda de emergencia como los famosos "patacones", único recurso financiero para los pobres a quienes Syriza dice proteger. Pobres que, por otra parte, acabarían multiplicándose. 

Tsipras trata ahora de tranquilizar a funcionarios y pensionistas, garantizando el pago de sus nóminas, pero en una situación como la descrita no las podrían sacar del banco, o sólo podrían hacerlo en cantidades muy limitadas. Literalmente, no habría dinero para todos. De ahí a nacionalizar los fondos de pensiones privados para hacer frente a los gastos del país hay un paso.Y no es economía ficción

De un supuesto devenir venezolano para Grecia, mejor ni hablamos. ¿Sería factible algo así en nuestras latitudes? Es poco probable, pero cosas veredes en este viejo continente...

Las implicaciones geopolíticas y geoconómicas para Europa de la salida griega el euro resultan, todavía, muy inciertas, y dependerán de los pasos que adopte una Unión Europea morosa, indecisa y fiscalmente limitada. Pese a las grandes turbulencias que sin duda produciría el default heleno, permitir un Grexit controlado mientras que a su vez se avanza decididamente hacia la integración fiscal, podría acabar reforzando la Eurozona. El mensaje  al resto de países sería cristalino: no hay otro camino que el de la responsabilidad presupuestaria. Solidaridad, toda la que haga falta (¿cuánto se ha gastado Europa en sostener a Grecia, señor Varoufakis?); regalos a fondo perdido, ninguno.  Es el momento de las decisiones. Nos jugamos mucho, todos, no solo los griegos.

En cuanto a Grecia, todavía no es tarde para rectificar. Pese a la brutal campaña anti-acuerdo que se desplegará en estos días (con el entusiasta apoyo patrio de Podemos y afines), puede que los ciudadanos griegos, colocados irresponsablemente por sus dirigentes entre la espada y la pared, decidan no comprar el Unicornio que Syriza y sus socios les presentan y asumir, de una vez por todas, que el país debe cambiar y reconvertirse en una nación europea del siglo XXI, cueste lo que cueste, mano a mano, con sus vecinos europeos. El golpe para Syriza de un resultado así sería aleccionador para los populismos europeos emergentes. 

Alea jacta est.

Panorama energético mundial y el mito de las renovables

Estamos siendo testigos de un cambio de guardia real en cuanto a los productores de energía globales

Estados Unidos ya ha superado a Rusia como mayor productor mundial de gas y petróleo, según confirma la Statistical Review of World Energy 2015. El magnífico informe de BP Global nos desvela además, con datos abrumadores, un hecho irrefutable: queda un mundo para que las renovables lideren el consumo energético global.  

Leer el hilo de tuits completo sobre el tema en Storify

Estamos nadando en petróleo: cuidado

Las reservas de petróleo estadounidenses (excluyendo los inventarios estratégicos) alcanzaron en marzo los 482,4 millones de barriles, el nivel más en los últimos ochenta años, según el último informe de la US Energy Information Administration (EIA)
 

A su vez, Arabia Saudí elevó su producción de petróleo a 10,3 millones de barriles diarios en el mes de marzo, también máximo histórico. A todo ello hay que sumarle el incremento de la producción en Irak y Libia, a pesar de sus gravísimos problemas internos. Resultado: la producción conjunta de la OPEC alcanzó los 31,5 millones de barriles al día, 1,2 millones de barriles más que en el mes anterior y 2 millones de barriles por encima de marzo de 2014. Y además, con Irán en la casilla de salida esperando el levantamiento de sanciones para empezar a incrementar sus exportaciones. Entretanto, la demanda global sigue atascada.

Estamos, por tanto, ante una tormenta productora perfecta que, junto a la fortaleza del dólar, presiona fuertemente a baja el precio del crudo y mantiene el globo inundado de oro negro. Sobre el juego geoeconómico subyacente en esta situación ya escribí hace unas semanas en el blog. Hoy quiero incidir en un fenómeno derivado de esta sobreabundancia, poco comentado en nuestra prensa especializada, y que introduce un factor de incertidumbre adicional en este ya de por sí incierto panorama: me refiero al denominado "super contango".

Hablamos de contango cuando el precio spot (precio del mercado de entrega inmediata) de un producto o activo financiero es inferior al precio a futuro del mismo. En el caso del petróleo, el exceso productivo y el incremento de los inventarios está detrás de este fenómeno. Vamos a tratar de explicarlo de forma sencilla y comprensible.

Imaginemos que soy un trader de petróleo y compro hoy un barril de Brent, digamos que a 50 dólares. A continuación, decido efectuar un contrato de futuros con ese barril. Mi estimación es que el precio del crudo en el momento temporal elegido estará en unos 60 dólares el barril. Si consigo pactar ese precio en el mercado, me embolsaré la diferencia. Hasta ahora, todo normal. Pero resulta que en la situación actual se están cerrando contratos por 65 o incluso 70 dólares el barril (ojo: cifras de ejemplo, no reales), muy por encima del precio futuro estimado, lo que ya no es propiamente contango, sino super contango.  ¿Qué es lo que ocurre?

El problema es que estar sentado sobre barriles de petróleo cuesta dinero, y cada vez más. Encontrar almacenamiento en tierra se convierte en una ardua tarea. No cabe ni una gota; se empiezan a utilizar superpetroleros como depósitos flotantes en lugar de usarlos como transporte, y los costes se disparan. Almacenar un barril de crudo en un petrolero cuesta unos 1,20 dólares al mes, considerablemente más que en tierra (unos 0,40 dólares/mes). Por tanto, los compradores de futuros tienen que pagar mayores diferencias (premium) sobre los precios esperados, con el fin de compensar a los vendedores por esos crecientes costes de almacenamiento. 

La existencia de super-contango genera enormes posibilidades de arbitraje y presiona adicionalmente a la baja el crudo, que parecía haber alcanzado cierta estabilidad en los últimos días. Los altos precios de futuros, comenta mi apreciado @sefuelix en mi timeline de Twitter, desincentivan la demanda de aseguramiento. Quienes tienen petróleo almacenado prefieren vender pronto para evitar seguir pagando costes crecientes. Una espiral poco virtuosa.

Además, como apunta @RGInvest, también se ve afectada la venta de refinados producidos a precios altos y que no son estables al ser almacenados durante meses. Todo ello puede introducir riesgos adicionales en los mercados y desequilibrios en los países productores más frágiles y dependientes de sus exportaciones energéticas. Habrá que estar muy atentos...

Luego, por supuesto, están los que tienen su propia visión del asunto... ;-)

La Dimensión Estratégica del Riesgo Financiero

Ese era el tema sobre el que se desarrolló a través de Twitter el III Encuentro de Economia Aplicada en #aplicada_upo. al que fui invitado a participar por mi querido Manuel Alejandro Hidalgo, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. 

Tratar con los alumnos resultó una más que gratificante experiencia, porque divulgar economía es una de las actividades que más me gustan. Especialmente cuando quienes te preguntan son jóvenes y lo hacen sobre aquello que sabes, claro está ;-)

A continuación comparto el Storify del evento virtual, esperando que les resulte de interés.


Breves reflexiones geoeconómicas sobre la "guerra del crudo"

Hace unos días descubrí en mi timeline un muy interesante gráfico de Raphael Bergoeing (@RBergoeingV) mostrando la evolución del precio del petróleo relacionada con eventos geopolíticos relevantes. Dicho gráfico, al que he añadido elementos adicionales, ofrece al lector una oportunidad para la reflexión (hacer click para ampliar): 

No cabe duda que el el fenómeno del shale oil es uno de los elementos clave de la actual tormenta de precios del crudo y  un factor que está modificando el panorama geoeconómico internacional. Para empezar, la autonomía energética estadounidense implica una mayor independencia de Oriente Medio y una pérdida de relevancia de la OPEC como actor clave global.

En palabras de Daniel Lacalle, el fracking ha desactivado la "prima geopolítica" del petróleo. Creo que no se puede expresar mejor con menos palabras.

Los acontecimientos de estas últimas semanas han sido presentados por los medios generalistas como una acción ofensiva contra la industria del shale, pero esta visión resulta a todas luces insuficiente sin considerar todos los actores del teatro de operaciones. 

Estados Unidos

Para EE.UU, el impacto de un crudo en el entorno de los 70-80 dólares es limitado. Con los precios actuales, sólo las explotaciones independientes y muy endeudadas (ubicadas en Texas, Oklahoma y North Dakota) están perdiendo dinero. No obstante, la industria petrolífera, a través de sus lobbies, presiona fuertemente a la administración para levantar la prohibición a las exportaciones de crudo, lo que constituiría un acontecimiento económico de impacto mundial.

En este sentido, el país ha pasado de ser en 2010 el mayor importador neto y bruto de derivados del petróleo a convertirse ya en el mayor suministrador bruto y el segundo mayor suministrador neto después de Rusia, a la que podría superar a finales de 2016.

Se estima que alrededor de 2020, EE.UU podría convertirse en exportador neto de crudo y sus derivados, considerados en conjunto


Arabia Saudí

El país árabe necesita, según Bloomberg, un barril a 97,5 dólares para equilibrar su presupuesto, aunque dispone de unas reservas de 736.000 millones de dólares para aguantar el envite. De hecho, más que una disputa con los EE.UU, muchos analistas ven en el movimiento saudí la intención de propinar un importante revolcón a Rusia y a los miembros más díscolos de la OPEC, como Venezuela e Irán. Veamos...

Rusia.

Es uno de los grandes perjudicados por el desplome de los precios, que trastoca muy seriamente sus cuentas públicas. La economía rusa, además, está viéndose afectada (bastante más de lo que reconoce Putin) por las sanciones financieras derivadas de su intervención en Ucrania. La gran caída del rublo con respecto al dólar es una de las consecuencias más llamativas de esta coyuntura. Punto a favor de Estados Unidos.

Venezuela

El miembro económicamente más débil de la OPEC puede sufrir nuevos conflictos civiles y una devaluación adicional de su moneda si se mantienen los precios actuales del crudo. Habrá que ver como lo digiere el régimen de Maduro, pero cuenten con que la culpa será de los Estados Unidos. ¿Acaso lo dudaban? Otro puntito para el casillero norteamericano.

Irán

Otro país afectado también por las sanciones económicas, en este caso debidas a su programa nuclear. Se estima que necesita el petróleo a 130,50 dólares por barril para equilibrar sus cuentas nacionales. Y el Tío Sam se anota otro tanto.

China

Actualmente el segundo mayor importador de petróleo del mundo, está aprovechando la guerra de precios para aumentar sus reservas estratégicas. Tablas con EE.UU.

Una vez revisada la situación de los principales actores, ¿quiénes le parecen ahora los ganadores y perdedores en esta contienda geoeconómica? 


Postdata: España.

Para nuestro país la situación actual supone un notable respiro, como importadores de crudo que somos. El impacto, en cualquier caso, es algo menor por la desfavorable evolución del tipo de cambio. Tampoco se traslada al consumidor debido a nuestra elevadísima carga impositiva y a las características de nuestro mercado, demasiado rígido e  intervenido, en el que no existe una verdadera competencia. Vean y comparen:


Recomendación final.

Las disquisiciones anteriores no son las de un experto. Si realmente quieren conocer con detalle todos los aspectos de la revolución energética que estamos empezando a vivir, nada mejor que leer: "La madre de todas las batallas: La energía, árbitro del nuevo orden mundial", de Daniel Lacalle y Diego Parrilla. No se lo pierdan. Avisados quedan.