La sociedad sin dinero en metálico, ¿sólo para ricos?

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(Nuevo artículo en Thinknomics Global, publicado el 21/08/2017)

Numerosos investigadores e instituciones defienden que el acceso a los servicios financieros puede ser uno de los elementos clave para superar la desconexión económica de los sectores más desfavorecidos de la población mundial. Dicho acceso no sólo ayudaría a los consumidores de ingresos bajos a acumular, aumentar y proteger su dinero, sino también hacer frente a crisis inesperadas. Servicios financieros que muchos damos por sentado, como cuentas corrientes y de ahorro, préstamos y seguros, podrían suponer mejoras sustanciales de calidad de vida. Todo ello pasa, asimismo, por la reducción drástica del uso del cash.

Si bien los fundamentos de esta tendencia mundial parecen sólidos y las iniciativas al respecto persiguen las mejores voluntades, el problema, como suele ocurrir en la acción pública, aparece con su implantación práctica. Los ejemplos antes mencionados de Estados Unidos y la India no han sido elegidos aleatoriamente. Ambos países ilustran la gran dificultad de imponer unas políticas concretas con las mejores intenciones sin pensar suficientemente en las consecuencias de tales iniciativas

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Geopolítica y Libre Comercio

El proteccionismo sólo lleva a perder la carrera de la prosperidad. Mi nuevo artículo en Agenda Pública trata de ofrecer una visión geopolítica del comercio internacional en la historia moderna, así como evidenciar la encrucijada en la que nos hallamos. La historia nos dice que olvidar las lecciones del pasado conlleva desagradables consecuencias en el presente y el futuro. Por desgracia, muchos políticos y economistas actuales parecen estar perdiendo rápidamente la memoria.

Leer el artículo en Agenda Pública: La Geopolítica del Libre Comercio

Algunas claves sobre desequilibrios macroeconómicos

Mi nuevo artículo en Thinknomics trata de proporcionar a los lectores una sucinta orientación básica sobre aquellos indicadores económicos clave que pueden señalar la formación o existencia de desequilibrios macroeconómicos graves para una nación. Muy a tener en cuenta cuando escuchen a un presunto gurú juzgar la situación macro de un país en base a un solo dato.

Leer artículo completo: Guía básica de desequilibrios macro para dummies.

Donald Trump y el Acuerdo de París

Siempre es bueno escribir sobre la última cacerolada de Donald Trump unos días después de haberse producido, sobre todo para alejarse del ruido y de los análisis viscerales que cualquier intervención presidencial provoca. En este caso, el anuncio de la retirada de los Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, ha originado otro boom de reacciones globales que van desde los furibundos augurios de Apocalipsis ambientales hasta el indisimulado regocijo de los negacionistas del cambio climático, reconvertidos en forofos trumpistas. En mi nueva entrega de las Crónicas Trumpistas analizo las repercusiones de la noticia.

Leer artículo completo: Crónicas Trumpistas: fin del mundo y formas impresentables

Fútbol, bombas e instrumentos financieros: la historia del "traderrista" de Dortmund.

La noche del pasado martes 11 de abril se produjo un ataque con explosivos al paso del autobús que transportaba a los jugadores del Borussia de Dortmund cuando se dirigían a su estadio para disputar un partido de la Champions. La autoría del atentado,  en el que resultó herido el jugador español del equipo, Marc Bartra, apuntaba inicialmente al terrorismo islamista (con pistas falsas y fake news incluidas), hasta que las investigaciones han conducido a la detención de un ciudadano germano-ruso, un tal Sergej W, cuya motivación nada tenía que ver con el radicalismo yihadista.

Por lo visto, la intención del tal Sergej era provocar una muy fuerte caída de las acciones del Dortmund, por las que había apostado previamente a la baja usando un instrumento financiero,  una operación que le hubiera reportado pingües beneficios de no haber sido bloqueada por los responsables de su entidad financiera, que olieron a chamusquina y lo comunicaron a las autoridades. Jugando con las palabras, bien podemos decir que se trató de un acto "traderrista" en toda regla.

Malas explicaciones

Una de las cosas que más me han llamado la atención sobre la noticia, es la pobre cobertura que ha tenido en la prensa, incluso la en económica. Cierto es que el tema es complejo de explicar para los no iniciados, pero hubiera merecido la pena un mayor esfuerzo didáctico para describir los detalles económicos a los lectores; estoy convencido que a muchos les hubiera interesado.

Ejemplo de explicación defectuosa lo tenemos en un artículo de OK Diario, que mientras estoy redactando este post todavía sigue sin modificar, pese haber sido avisados hace más de 24 horas. El autor realiza un voluntarioso y encomiable esfuerzo por contar lo ocurrido de la mejor forma posible, pero en el camino se empantana notablemente y acaba confundiendo hasta el título: 

La explicación que se ofrece en el diario sobre la maquinación económica del atacante, con citación de "experto" incluida, resulta, cuando menos, confusa. La redacción tampoco ayuda:

Repasando conceptos básicos: el short selling.

En los mercados financieros, cualquier inversor puede apostar a la baja por un determinado valor (acciones, títulos de deuda pública o corportativa...).  Típicamente, ello se consigue mediante posiciones de “venta corta” (short selling). En ellas, el inversor toma prestados títulos de un determinado mercado de valores (stock loan) para luego ofrecerlos a la venta con la intención de recomprarlos a menor precio (covering) en el futuro, devolviendo en ese momento los títulos al prestamista (y embolsándose la ganancia). Esta operación se facilita todavía más si ni siquiera se piden prestados los títulos (naked short selling).

En nuestra historia,  el tal Sergej quería "ponerse corto" contra las acciones del Borussia Dortmund con todo el dinero que pudiera obtener (un crédito de 79.000€, según el Consejero de Interior de North Rhine-Westphalia) y sacar tajada de la eventual caída de cotización producida por su ataque con bombas. Sin embargo, en lugar de utilizar short selling, recurrió a otro instrumento financiero más sofisticado, los llamados put warrants o derechos de ventas de acciones.

Cómo funciona un put warrant

Un put warrant es un derivado financiero que concede a su titular el derecho a vender un determinado número de títulos de un activo financiero a un precio establecido (strike price) hasta una fecha tope (expiry date). En el caso que nos ocupa se trata de acciones, pero los derechos de venta también pueden referirse a materias primas, divisas o incluso índices bursátiles. A diferencia de una opción put, que es un instrumento propio del mercado de valoresun warrant lo comercializa una empresa. Es la empresa que finalmente proporciona los valores asociados al warrant, no el tenedor de las acciones. La mejor manera de intentar explicar su funcionamiento es mediante un ejemplo muy simplificado con números (el gráfico que acompaña al ejemplo ha sido obtenido de esta página y modificado por el autor).

Supongamos que usted adquiere un put warrant por valor de 1$, que le da el derecho de vender una acción de la empresa X a un precio establecido de 30$. La acción de X, en este momento, se halla en 35$. Por su conocimiento del mercado o simplemente porque necesita protegerse, usted piensa que la cotización de X podría ir la baja antes de la fecha de expiración del derecho, unas semanas después.

Si la cotización de las acciones de X finalmente se desploma por debajo de 30$, debe estar muy atento. Mientras la acción se halle entre 30$ y 29$, usted ya podría ejecutar el put warrant y efectuar la venta, pero todavía con pérdidas. Digamos por ejemplo que la acción está a 29,5$ cuando decide vender. La ganancia que obtiene por la venta es 30$ (lo pactado) menos 29,5$ (la cotización actual de la acción, lo que se paga por ella), esto es, 0,5$. Pero a ese resultado positivo debe todavía restarle el coste del put warrant (1$), por lo que realmente pierde -0,5$ (= 0,5$-1$).

Sin emabrgo, en cuanto la cotización caiga por debajo de los 29$ (límite denominado breakeven point, punto de ruptura), todo lo que se obtenga por la venta de las acciones se traduce en ganancias, mayores cuanto mayor sea la pérdida de valor de los títulos (la zona azul del gráfico). 

Imagine por un momento (insisto, estamos en un caso hipotético y muy simplificado) que hubiera adquirido 75.000$ en put warrants (a 1$ cada uno), y que decide ejecutar su derecho antes de vencimiento porque el precio de la acción se ha desplomado hasta los 15$. Hagamos cálculos...

  1. Put warrants, número de unidades: 75.000 (a 1$ cada una)
  2. Strike price: 30$
  3. Importe obtenido al ejecutar la venta: 75.000 x 30$ = 2.250.000$
  4. Cotización de X al ejecutar los puts: 15$
  5. Valor de las acciones a la venta: 75.000 x 15$ = 1.125.000$
  6. Ganancia total: 2.250.000$ - 1.125.000$ - 75000$ = 1.050.000$

En definitiva, con 75.000$ ha conseguido usted embolsarse la friolera de 1.050.000$ netos del ala. Ganancia que todavía hubiera podido ser más elevada con un mayor desplome de los títulos. Eso es precisamente lo que pretendía conseguir el atacante de Dortmund. Se estima que, de haberle salido bien la jugada, hubiese podido ganar más de 3 millones de euros. No obstante, la maniobra estaba destinada al fracaso, dada su palmaria desconexión con la realidad: resulta casi imposible emitir warrants (un derivado muy específico) por nominales tan altos sin llamar la atención de la entidad emisora, y mucho menos en este caso. 

Muchos lectores pueden preguntarse qué ocurriría en nuestro ejemplo si las acciones no bajaran durante el período de validez del derecho. La respuesta es fácil: usted NO ejecutaría el put warrant, y perdería los 75.000$ con los que compró los derechos de venta. Una pérdida sustancial, pero contenida. 

Moraleja

En definitiva, el "traderrista" germano-ruso se montó una auténtica película de Hollywood, que hubiera podido acabar en tragedia. Se creyó el más listo de la clase, pero en su peligrosa fantasía olvidó que siempre hay gente más preparada y profesional que sabe hacer su trabajo. Bien por la policía alemana y bien por los responsables de la entidad financiera que ataron cabos.   

En cuanto a los periodistas económicos, cabría recordarles que divulgar adecuadamente supone a menudo tiempo y esfuerzo, y que en ese difícil proceso de divulgación, el escritor siempre es el primero que debe aprender. Como decía Einstein: 

"Si no puedes explicarlo de manera sencilla, es que no lo has entendido lo suficientemente bien".  

Nota a las 17:30 del 23/04/2017: Borja Jiménez, autor del artículo de OK Diario mencionado en esta entrada, ha corregido y ajustado finalmente su texto, agradeciendo las explicaciones aquí efectuadas, gesto que le honra y que demuestra profesionalidad y saber estar. Asimismo, ha aprovechado para mencionar algunas cantidades de mis cálculos en las que había puesto euros en lugar de dólares. En este caso, me toca a mí agradecérselo. 

Sistema de pensiones y futuro: por qué ahorrar para la jubilación es imprescindible

En 2030, España será el cuarto país del mundo con mayor edad media: 50,1 años frente a 33,1 a nivel global. El 25,6% de la población española superará los 65 años. En el camino, además, perderemos población, aumentará la tasa de dependencia y el gasto en pensiones puede hacer inviable al actual sistema, de no adoptarse sustanciales reformas.

Piensen ustedes en este dato a la hora de intentar comprender cómo afectará al sistema de pensiones. En 30 años puede que acabe habiendo más jubilados que trabajadores. En mi nuevo artículo de Domestica Tu Economía reflexiono sobre esta relevante cuestión, destacando el papel que el ahorro tiene para nuestro futuro.

Leer el artículo completo.

Italy and Spain: a tale of two countries

I've just published a new article in the Elcano Royal Institute, together with my dear colleague @_combarro_. We thought that it is worth analysing the socio-economic trends in Italy and Spain, that appears to be divergent. Ultimately the aim is to find out whether Spain’s better performance is structural or merely temporary. A closer look at the evolution of key indicators in both countries may help better understand transalpine realities.

Read the full article here.

La zozobra del pequeño ahorrador en un mundo de intereses negativos

Hace un año inicié en Sintetia una serie de artículos de política monetaria sobre la actuación de los bancos centrales en las últimas décadas. Empezaba mi recorrido resumiendo el estado de situación de una economía en la que estos bancos centrales han adquirido un enorme protagonismo, de tal forma que sus continuas intervenciones, primero convencionales y luego “extraordinarias”, se han convertido en el pan económico nuestro de todos los días. Si bien su papel durante la gestión de la gran crisis financiera fue clave, al evitar un colapso en la liquidez del sistema que sin duda hubiera agravado la depresión, resulta más dudosa su eficacia para propiciar el regreso al crecimiento, la creación de empleo, el desapalancamiento global, la disminución del riesgo del sector financiero, la sostenibilidad de las finanzas públicas y los desequilibrios estructurales de los estados.

Mi nuevo artículo en Domestica Tu Economía trata sobre el impacto que este panorama de intereses cercanos al cero o negativos ha tenido y tiene para sus ahorros, esos que tanto cuesta ganar y tan pronto se evaporan

(Leer el artículo completo)

La insoportable levedad del lenguaje económico en la política

Las implicaciones cuánticas del lenguaje político, especialmente cuando se adentra en el territorio económico, son innegables: la concreción desaparece, las órbitas de la veracidad se convierten en nubes borrosas e indefinidas, y una cosa y su contraria resultan posibles.

Hemos escuchado a infinidad de políticos lanzar promesas basadas en humo, hacer números imposibles, insitir en su compromiso de "lucha" contra ese gigante llamado crisis (como si fuere algo ajeno de lo que no formaran parte) y repetir hasta la saciedad que todos (o algunos) deben "afrontar sacrificios" para derrotarlo. Desde luego, muchos ciudadanos hubieran preferido oír algo así como "esto y lo otro es lo que vamos a hacer y nos va a costar tanto en tiempo y dinero y requerirá tales y cuales sacrificios por parte de fulano y zutano...".

Más duro ha sido comprobar que lo que "no estaba en la agenda" se ha anotado en ella apresuradamente y perpetrado sin dilación. Lo que "en absoluto podía ser" ahora no sólo ha resultado posible sino necesario y recomendable. Lo antaño denostado ahora es virtuoso, y se nos vende como algo bueno para el porvenir. Sí pero no pero todo lo contrario.

Nunca tanto como en estos tiempos han sido los políticos narradores y hacedores del devenir económico. Son como ese "autor", muy cuántico, al que se refería mi colega Fernando Castelló en un magnífico artículo suyo titulado "Si Gaarder fuese economista":

"Desarrollamos erráticos comportamientos (demanda, producción, ahorro, inversión), a partir de los estímulos que ese autor narra por nosotros, como personajes de esa gran obra que está escribiendo".

En el caso que nos ocupa, se trata de una obra bastante pobre, repleta de errores e intereses que trascienden con creces el tantas veces aducido bien común. En un contexto donde la información sobre el dinero es más valiosa que el dinero en sí, en el que dicha información viaja además en tiempo real y se amplifica en la cacofonía de las redes sociales, el poder conformador o destructor del lenguaje es enorme. Ello exige de nuestros dirigentes sencillez y concreción en sus manifestaciones. Cuestiones concretas planteando resultados concretos y contrastables, no cuánticos.

En un ensayo antológico ("Politics and The English Language"), George Orwell reflexionaba sobre el mal uso de la lengua inglesa:

"La dejadez de nuestro lenguaje contribuye fácilmente a que tengamos pensamientos estúpidos".

Todo ello es perfectamente aplicable a nuestro maltratado lenguaje económico. Y añado yo: cuando dichos pensamientos corresponden a quenes pretenden gobernar nuestro país, los ciudadanos corren un serio peligro.